El síndrome de
Behcet es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de los vasos
sanguíneos y que causa problemas en muchas partes del cuerpo.
Casi todos los síntomas del síndrome de Behçet se deben a una
inflamación de los vasos sanguíneos. Los médicos no están seguros de la causa
de esta inflamación. Algunas personas pueden haber heredado (transmitido de
padres a hijos) un problema con el sistema inmunitario que los hace más
propensos a desarrollar la enfermedad. Para estas personas el contacto con
organismos en el ambiente, tales como virus o bacterias, puede causar que el
sistema inmunitario ataque los vasos sanguíneos. No es contagioso; no se
transmite de una persona a otra.
Los síntomas más
comunes son: llagas en la boca; llagas en los órganos sexuales; llagas en otras
regiones de la piel; hinchazón de ciertas partes del ojo; dolor, hinchazón y
rigidez de las articulaciones.
Los problemas más
serios pueden incluir meningitis, coágulos sanguíneos, inflamación del sistema
digestivo y ceguera.
Los médicos no
están seguros de cuál es la causa del síndrome de Behcet. Es poco frecuente en
Estados Unidos, pero es común en el Medio Oriente y Asia. Afecta principalmente
a las personas entre los 20 y los 40 años de edad. El diagnóstico puede tomarse
mucho tiempo, ya que los síntomas pueden aparecer y desaparecer y quizá pueden
pasar meses o años hasta que aparezcan todos los síntomas.
El síndrome de Behçet es difícil de diagnosticar
porque por lo general, los síntomas no aparecen todos a la vez. Hay otros
padecimientos con síntomas similares No existe prueba alguna para diagnosticar
el síndrome.
Los síntomas clave para diagnosticar el síndrome de
Behçet son: aftas bucales; al menos tres veces en un período de 12 meses. Aftas
genitales que desaparecen y vuelven a aparecer. Inflamación del ojo con pérdida
de visión. Úlceras en la piel. Resultado positivo a la prueba de escarificación
(la aparición de pequeñas ronchas rojas cuando se pincha la piel con una
aguja), entre otros.
Úlceras
orales: como primer síntoma se observan en el 50% al 70% de los pacientes pero
en el transcurso de la enfermedad son vistas en el 100% de los mismos.
Úlceras
genitales: aparecen en el 80% de los sujetos.
Manifestaciones
cutáneas: se observan en el 80% de los casos e implican foliculitis, pioderma,
pústulas, vesículas, pápulas, forúnculos, eritema nodoso y lesiones parecidas a
las producidas por el acné.
Implicaciones
oculares: se manifiestan en el 75% como iridociclitis bien del segmento anterior o
posterior. Puede ir asociado a corioretinitis, papilitis óptica y
tromboflebitis retinal). Las frecuentes recaídas pueden ocasionar
complicaciones como glaucoma, cataratas y ceguera.
Articulaciones: la incidencia es del 65% con artralgia y artritis, sobre
todo de la rodilla.
Implicaciones
venosas: la tromboflebitis recurrente es típica en el síndrome de Behçet
incluyéndose tromboflebitis superficial, trombosis venosa intracraneal,
oclusión de la vena cava inferior o superior y síndrome de Budd-Chiari.
Implicaciones
del SNC: sólo se han descrito en el 18% de los casos se expresan como
meningoencefalitis, seudotumores cerebrales, neuroparálisis craneales y
síntomas piramidales y extrapiramidales. Es típico que la enfermedad se inicie
como una esclerosis múltiple debido a la vasculitis y obstrucciones de los
vasos craneales.
Implicaciones
del tracto digestivo: se han observado síntomas
inespecíficos como cólicos, náuseas, vómitos, diarrea y anorexia. Otros
pacientes muestran colitis ulcerosa y síntomas similares a los de la enfermedad
de Crohn. La afectación esofágica es rara, pero cuando existen consisten en
ulceraciones que pueden horadar debajo de la mucosa, estenosis, trayectos
fistulosos y perforación.
Otros
sistemas: se descrito
en raras ocasiones glomerulonefritis creciente, síndrome nefrótico y amiloidosis.
A nivel arterial se han descrito aneurismas de aorta y ataques isquémicos
transitorios. A nivel cardíaco, miocarditis, pericarditis e infarto de
miocardio. Finalmente también se ha descrito la miositis en el síndrome de
Behçet
El diagnosticar la enfermedad puede tomar mucho tiempo
ya que pueden pasar meses o hasta años para que alguno de los síntomas comunes
aparezca. Los pacientes pueden ayudar a los médicos a diagnosticar el síndrome
de Behçet llevando un registro de sus síntomas y de cuándo éstos ocurren.
Este padecimiento afecta distintas partes del
cuerpo. Para poder tratar sus síntomas puede ser que los pacientes tengan que
consultar diferentes tipos de médicos, entre estos:
Dermatólogos; reumatólogos; oftalmólogos;
ginecólogos; urólogos; gastroenterólogos; hematólogos y neurólogos.
El objetivo del tratamiento es reducir el dolor y
prevenir problemas más graves. Los tratamientos comunes incluyen: Corticosteroides
(medicamentos para reducir el dolor y la inflamación). Inmunosupresores (medicamentos
que ayudan a controlar el sistema inmunitario, reducir la inflamación y
prevenir exacerbaciones). Descanso durante las crisis. Ejercicio moderado, como
nadar o caminar durante los períodos de remisión (desaparición de los
síntomas).
Fuentes consultadas: Instituto Nacional de Artritis
y enfermedades musculoesqueléticas y de la piel y Medline Plus.
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