Haciendo algunas lecturas
en internet conseguí este interesante y sencillo artículo y quise compartirlos
este domingo con ustedes, ya que resulta oportuno para todas las situaciones
que afrontamos en el día a día.
Una emoción es la
interacción de los pensamientos con las sensaciones físicas; para muchas personas significan miedo, ya que no
saben cómo manejarlas, y optan por estrategias, como distraerse con otras
actividades, para no hacer frente al problema.
Las emociones son valiosas, ya que ofrecen una recompensa, siempre y cuando, seamos capaces de hacerles frente de manera efectiva, ya que podemos aprender mucho sobre nosotros mismos y sobre nuestras necesidades, porque ayudan a conectar con los demás y conseguir grandes logros, como por ejemplo saber manejar el estrés, ya que esas personas tendrán sistemas inmunes sanos, que no se enferman con tanta frecuencia, y tendrán relaciones mucho más saludables.
Cómo identificar las emociones
Para identificar las emociones,
lo primero que se debe hacer, es conocer lo que se está sintiendo, y elegir
entre cuatro emociones básicas: ira, tristeza, felicidad y ansiedad.
Si tienes pensamientos sobre el futuro y sobre lo que puede salir mal, con sensaciones físicas, como latidos acelerados del corazón, músculos apretados y mandíbula apretada, debes preguntarte a qué le tienes miedo. Es una emoción relacionada con la ansiedad.
Con pensamientos negativos sobre el pasado, y sensación de cansancio y pesadez, con posibilidad de llorar y dificultad para concentrarte, debes preguntarte qué has perdido. Es una emoción relacionada con la tristeza.
Con pensamientos que se centran en cómo tú o tus valores han sido atacados, y con sensaciones físicas similares a la ansiedad, aceleración del corazón y opresión en el cuerpo, pregúntate cómo has sido atacado, tú y tus valores. Es una emoción relacionada con la ira.
Con pensamientos que se centran en lo que has ganado, y posees sensaciones de calma, siendo posible que rías, pregúntate qué has ganado. Es una emoción relacionada con la felicidad.
Si tienes pensamientos sobre el futuro y sobre lo que puede salir mal, con sensaciones físicas, como latidos acelerados del corazón, músculos apretados y mandíbula apretada, debes preguntarte a qué le tienes miedo. Es una emoción relacionada con la ansiedad.
Con pensamientos negativos sobre el pasado, y sensación de cansancio y pesadez, con posibilidad de llorar y dificultad para concentrarte, debes preguntarte qué has perdido. Es una emoción relacionada con la tristeza.
Con pensamientos que se centran en cómo tú o tus valores han sido atacados, y con sensaciones físicas similares a la ansiedad, aceleración del corazón y opresión en el cuerpo, pregúntate cómo has sido atacado, tú y tus valores. Es una emoción relacionada con la ira.
Con pensamientos que se centran en lo que has ganado, y posees sensaciones de calma, siendo posible que rías, pregúntate qué has ganado. Es una emoción relacionada con la felicidad.
Cómo manejar las emociones
Cuando hayas reconocido y comprendido tus propias
emociones, así como la de tus oponentes, debes tener en cuenta los siguientes
aspectos, para aprender a manejar tus emociones:
1) Trata de determinar y de entender el origen de los sentimientos, ya sea en tus respuestas o en la de tu oponente.
2) Habla de tus sentimientos y de los de tu oponente; no trates de negarlos o reprimirlos, habla directamente de lo que estás sintiendo en ese momento.
3) Expresa tus sentimientos de una manera no conflictiva, mediante el uso de mensajes, como "me siento enojado porque...", en vez de "Tú me hiciste enojar por....": explica tus sentimientos sin acusar a nadie, porque si eliges el segundo mensaje, centrarás la culpa en el oponente, haciendo que dé una respuesta defensiva u hostil.
4) Reconoce los sentimientos de tu oponente como legítimos, ya que son tan reales y válidos como los tuyos; además es una manera de liberar esos sentimientos, para ocuparse de las cuestiones de fondo.
5) No reacciones a los estallidos emocionales, trata de controlar tus sentimientos; debes escuchar y entender la fuerza de los sentimientos de quien habla, pero no reacciones emocionalmente a los tuyos, ya que es probable que haya una escalada de emociones y, por consiguiente un conflicto en su conjunto.
6) Trata de mantener la calma, y si es necesario abandona temporalmente la habitación o el lugar donde te encuentras, para pensar y calmarte, y así planificar una respuesta eficaz, en lugar de reaccionar de forma automática, que puede hacer que la situación empeore.
7) Usa gestos simbólicos, como disculpas, e incluso apretones de manos, ya que pueden ser muy útiles para expresar respeto y desactivar las emociones negativas.
8) En conflictos altamente emocionales, elige un mecanismo de resolución de conflictos, que trate directamente con las emociones, como los procesos de diálogo.
1) Trata de determinar y de entender el origen de los sentimientos, ya sea en tus respuestas o en la de tu oponente.
2) Habla de tus sentimientos y de los de tu oponente; no trates de negarlos o reprimirlos, habla directamente de lo que estás sintiendo en ese momento.
3) Expresa tus sentimientos de una manera no conflictiva, mediante el uso de mensajes, como "me siento enojado porque...", en vez de "Tú me hiciste enojar por....": explica tus sentimientos sin acusar a nadie, porque si eliges el segundo mensaje, centrarás la culpa en el oponente, haciendo que dé una respuesta defensiva u hostil.
4) Reconoce los sentimientos de tu oponente como legítimos, ya que son tan reales y válidos como los tuyos; además es una manera de liberar esos sentimientos, para ocuparse de las cuestiones de fondo.
5) No reacciones a los estallidos emocionales, trata de controlar tus sentimientos; debes escuchar y entender la fuerza de los sentimientos de quien habla, pero no reacciones emocionalmente a los tuyos, ya que es probable que haya una escalada de emociones y, por consiguiente un conflicto en su conjunto.
6) Trata de mantener la calma, y si es necesario abandona temporalmente la habitación o el lugar donde te encuentras, para pensar y calmarte, y así planificar una respuesta eficaz, en lugar de reaccionar de forma automática, que puede hacer que la situación empeore.
7) Usa gestos simbólicos, como disculpas, e incluso apretones de manos, ya que pueden ser muy útiles para expresar respeto y desactivar las emociones negativas.
8) En conflictos altamente emocionales, elige un mecanismo de resolución de conflictos, que trate directamente con las emociones, como los procesos de diálogo.
9) Consejo valioso: “Nunca tomes decisiones en momentos de odio
o dolor”. Casi
siempre terminamos arrepintiéndonos cuando decidimos algo en este tipo de
situaciones. Lo mejor es no hacer nada en ese momento, dejar que las emociones
se enfríen, y luego poder tomar una decisión con más tranquilidad.
10) Por último, una vez
superado el momento, trabaja arduamente para que no vuelvas a exponerte a una
situación similar que descontrole tus emociones y reacciones.
En la situación país que
vivimos actualmente, es muy importante aplicar también la inteligencia
emocional. Cualquiera que sea tu decisión: montar un negocio; renunciar al
trabajo; irte del país, o cualquier otra idea, trata de sentarte con tiempo a
evaluar los pros y los contras con cabeza fría, eliminando todas las emociones
negativas, de angustia o estrés para que objetivamente puedas observar cada
implicación que tendrá tu decisión y así cuando se la definitiva estés
completamente seguro.
Fuente consultada:
lamenteesmaravillosa.com.
Ahora puedes acompañarme de
lunes a viernes a las 7:00AM por Meridiano TV, en mi programa Gente Saludable
TV. Te espero en sintonía.
Escríbeme a gentesaludableradio@gmail.com.
Hasta la
próxima. Sonríe siempre.
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