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domingo, 1 de agosto de 2010

El estrés mata lentamente

¿Cara apretada, ceja levantada o ganas de pegarle un grito al primero que aparezca? Cualquiera de estas características y muchas más pueden indicar que estas en medio de una crisis de estrés laboral.

Algunas veces muchos de nosotros confundimos el estrés con la pasión frenética que sentimos por nuestra profesión u oficio, sin embargo, las reacciones que ambos generan en tu cuerpo y salud son completamente diferentes. La euforia te genera una suerte de estrés placentero que por más presión y esfuerzo nunca sentirás dolor o cansancio real porque el gusto está en tu mente, es casi una labor orgásmica para los sentidos. La tensión por el contrario te genera carga emocional y a su vez física como contracción muscular, dolor en articulaciones, pesadez, sueño o insomnio, los síntomas varían de acuerdo a la persona.

Según la Real Académica Española es estrés es tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos, a veces graves. Entonces, el estrés podría llegar a matarnos. En el caso del trabajo, tenemos de antemano la presión económica y todos los factores que nos comprometen con nuestra labor pero que nos causan tensión si no la sabemos canalizar.




En el mundo actual las enfermedades que padecemos están en su mayoría directamente asociadas con algún tipo de estrés por eso nuestra expectativa de vida es cada vez menor y nuestra energía física y mental se reduce casi a la mitad. Entre las causas podemos identificar: ambiente laboral inadecuado, sobrecarga de trabajo, responsabilidades y decisiones muy importantes, entre otras.

También las relaciones interpersonales y la superación profesional nos generan tensión extra. Todo esto puede ocasionar: aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular, dificultad para respirar, sensación de confusión, temblores y preocupación. Con respecto a las enfermedades puedes padecer de gastritis, ansiedad, accidentes por descuido en labores de riesgo, ulceras y estados de shock.



Si como jefe no identificas estos riesgos en tu oficina y presionas a tu personal por encima de lo soportable, el nivel de rendimiento disminuirá un 60 o 70 por ciento y aumentará el ausentismo por enfermedades. Cuídate de esto y tu empresa será mucho más productiva.



Es importante que uses una agenda para organizar el tiempo, tomate 5 o 10 minutos al día para planificarte, delega responsabilidades, sincera tus labores y no pretendas extenderte 25 horas al día. Es fundamental que programes pequeños recreos para que puedas caminar, comer alguna merienda, llamar a tus familiares, algo breve que te permita despejar la mente y retomar el ritmo. Cuando tengas fines de semana libres procura desconectarte de la realidad por completo para que tu cuerpo y tu mente logren reponerse del cansancio y la presión diaria. Sonríe y sé feliz.Hasta la próxima.



@gentesaludable

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