En algún momento de nuestras vidas, sin que la edad importe,
podemos de pronto notar que algunas venas azules empiezan a ser más
predominantes que otras en nuestras piernas o en la parte de atrás de nuestras
rodillas e incluso algunas generando dolor, si esto te ocurre, podríamos estar
en presencia de las conocidas varices.
Según el National Institutes of Health, las várices son
venas inflamadas y retorcidas que se pueden ver bajo la superficie de la piel,
que se producen por un mal funcionamiento en las válvulas de las venas de las
piernas. Por lo general, aparecen en las extremidades inferiores, pero también
pueden formarse en otras partes del cuerpo. A veces causan dolor cuya
intensidad varía entre leve y moderada, coágulos de sangre, úlceras (llagas) de
la piel y otros problemas.
Entre los primeros síntomas: pesadez de piernas, calambres,
picores y fuertes dolores. Una de cada diez personas las padece, siendo más
frecuentes en las mujeres, sobre todo por efecto de los embarazos y las
hormonas.
Las venas son vasos sanguíneos que transportan sangre de los
tejidos del cuerpo al corazón. El corazón bombea la sangre a los pulmones para
recoger oxígeno. Luego, la sangre rica en oxígeno se bombea por todo el cuerpo
a través de vasos sanguíneos llamados arterias.
Las venas tienen unas válvulas que funcionan en un solo
sentido y hacen que la sangre circule hacia el corazón. Si las válvulas se
debilitan o lesionan, la sangre puede devolverse y acumularse en las venas.
Esto hace que las venas se hinchen, lo cual podría causar várices.
Existen muchos factores de riesgo: los antecedentes
familiares, factores genéticos y hereditarios; edad avanzada; el género: las
mujeres son más propensas a padecerlas; el embarazo; sobrepeso u obesidad y el
sedentarismo. Este último se impulsa como uno de los protagonistas en la
generación de varices en nuestros tiempos actuales, eliminar de tu rutina
diaria la realización de ejercicios, al menos caminatas de 30 a 40 minutos,
podría incidir en la aparición temprana de las várices. Igualmente usar ropa
muy apretada y poco elástica.
Al cambiar tu estilo de vida, las várices ya empiezan a ser
tratadas indirectamente, los vasos sanguíneos se oxigenan y se evita su
aparición. Igualmente existen tratamientos médicos con especialistas denominados
flebólogos cuyo objetivo es aliviar los síntomas, evitar complicaciones y
mejorar el aspecto físico que da la aparición de las varices en las piernas.
El especialista, para precisar el diagnóstico, recomienda
una exploración hemodinámica por eco-doppler (estudio no doloroso de la
circulación venosa o arterial). Actualmente hay diversas técnicas para tratar
las várices. 1. Tratamiento médico | 2. Tratamiento quirúrgico ablativo y
hemodinámico, striping, flebectomía, endolaser y CHIVA (invasivo) | 3.
Tratamientos no quirúrgicos: esclerosis, crioesclerosis, láser y espuma.
El portal mujerhoy.com nos ofrece algunas recomendaciones
para prevenirlas efectivamente: Controla tu peso: tanto en el embarazo como en
el día a día aumenta la ingesta de frutas y verduras que aportarán vitaminas y
nutrientes.
Evita hábitos como fumar o beber alcohol ya que agravan e
incrementan la aparición de varices; así como también modera las exposiciones
al sol de manera directa y en horas inadecuadas. Ejercítate: Camina de 20 a 30
minutos diarios y en la medida de tus posibilidades apúntate en clases de Yoga
o Tai-chi, excelentes disciplinas para mejorar la circulación sanguínea.
Mantén los pies en alto: la sangre ha de subir hasta el
corazón luchando contra la fuerza de gravedad, así que lo mejor que podemos
hacer es ayudar a nuestras piernas colocándolas en alto, así el esfuerzo será
menor. Otras recomendaciones posturales son: no mantenerte en la misma postura
más de una hora y no permanecer sentada con las piernas cruzadas.
Utiliza medias especiales: el médico especialista te
recomendará medias de comprensión graduada que te aliviará en gran parte la
sensación de pesadez en las piernas y mejorarán la circulación. Baños de
contraste: En la ducha puedes hacerte baños de contraste en sentido ascendente.
Se trata de alternar agua templada con agua fría, terminando con la fría. Estos
cambios de temperatura producen que las venas se dilaten y contraigan como si
hicieran ejercicio.
Olvida los tacones: los tacones no permiten el movimiento
natural de los músculos de la pierna por lo que limitan la buena circulación.
Opta por los zapatos bajos. Ropa cómoda: Utiliza ropa holgada y cómoda que haga
que tu cuerpo se sienta bien, especialmente en el caso de la ropa interior.
Procura que no te apriete en la cintura, en las ingles o en torno a los senos.
Y por último puedes optar por masajes con gel refrescante,
se trata de masajear las piernas desde el tobillo hacia el muslo con
movimientos circulares para mejorar la circulación. Si lo prefieres utiliza tu
hidratante habitual pero siempre de forma muy suave.
Tu modo de vida, en gran parte, determinará la salud de tus
vasos sanguíneos, aunque algunas modas apunten a los tacones y faldas y
pantalones muy ajustados, es importante que tengas presente que tu salud es
primordial y en especial, tus hábitos de vida diaria ayudarán a que tu
circulación mejore progresivamente.
Tu salud es lo más importante. Sonríe siempre. Hasta la
próxima.
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