Gracias a una maravillosa recomendación de una amiga muy querida, logré ver durante algunos días de descanso la película “Mi nombre es Khan”. Su historia tan perfecta como apropiada, me ocupa mi columna del día de hoy.
Khan, es un joven con Síndrome de Asperger, musulmán pero se crió junto con su madre y su hermano en Bombay, India. Creció sin que su madre supiera exactamente qué ocurría con él, sin embargo, por instinto siempre lo trató de forma especial.
Las conglomeraciones de gente, el bullicio de la calle, el color amarillo, el contacto físico, la repetición constante de algunas palabras y movimientos, eran algunas de las características que se apreciaban en Khan.
Aunque en la película incluyen el Síndrome de Asperger como un tipo de Autismo, calificación con la que no estoy de acuerdo, el protagonista, quien además en la vida real tiene el Síndrome hace que cada escena sea majestuosa.
Sus actitudes corporales, usualmente, no se enmarcan en las comunes y el desconocimiento social hace que cualquier persona pueda confundirse con facilidad. No miran a los ojos, pueden tener movimientos repetitivos en el cuerpo o en la cabeza; esto, en la película hizo que a Khan lo detuvieran en el aeropuerto por considerarlo sospechoso, todo en el marco del atentado a las Torres Gemelas de 2011, cuando los musulmanes fueron perseguidos en Estados Unidos, país a donde se mudó con su hermano al morir su mamá en Bombay y donde consiguió encontrarse con sus emociones sin notarlo ni planificarlo.
Los Asperger no entienden ni codifican la transmisión de emociones a través del contacto físico. Para quienes no padecen el Síndrome es muy común el uso de abrazos, apretones, roces en la espalda y cualquier tipo de contacto para expresar sentimientos, Khan y la mayoría de los Asperger solo pudo aprenderlo con el tiempo y las vivencias. Incluso, cuando él estaba pequeño su mamá intentaba abrazarlo, el se escabullía y ella siempre le insistía diciéndole tiernamente: “déjame abrazarte solo dos minutos”.
Si bien es cierto que tienen intereses restringidos para algunos temas, también debemos todos saber que son personas altamente brillantes, pueden memorizar habitaciones gigantes enteras, direcciones, catálogos, cantidades impensables de información; tienen memoria con capacidad fotográfica, lo que les permite encontrar fácilmente temas de conversación con un grupo bastante amplio de la sociedad, en especial aquellos que puedan entender y dejar pasar sus imprudencias, ya que otra de sus características es que dicen las cosas como las piensan, simplemente porque no conectan lo emocional con cada palabra que se dice y por eso pasan, en ocasiones, por imprudentes y con poco tacto.
Para los
pacientes Asperger, una vez que acuden a terapia por no saber manejar el
rechazo social, se abre un abanico de sensaciones y expectativas nuevas.
Muchos, con el tiempo mejoran notablemente su inserción social y su expresión
de emociones, aunque estas no sean como estamos acostumbrados socialmente a
ver.
Khan, logra
conquistar a una joven estilista, quien se enamora de su forma de ser auténtica
e inocente. Ella tiene un hijo, quien de inmediato se convierte en el mejor
amigo de Khan. Los tres se entienden a la perfección, y Khan se incorpora
gradualmente a todas las dinámicas familiares y sociales. Una vez ocurren los
hechos de las Torres Gemelas, todos los musulmanes empiezan a ser señalados,
incluidos él y su familia, ya que tanto su esposa como el niño adoptaron su
apellido musulmán. La peluquería de la joven quebró y al niño, en medio de una
discusión escolar, unos jóvenes más grandes lo matan a golpes. La esposa vuelca
su odio contra Khan por ser musulmán y lo echa de la casa, él sin comprender mucho
lo que ocurría con respecto a la reacción de ella, en su discusión final ella
le dice en sentido figurado “Busca al presidente de la República y dile eso a
él” en respuesta a la frase de Khan que se haría famosa “Mi nombre es Khan y no
soy terrorista”.
Otra de las
características de los Asperger es la literalidad, entienden todo exactamente
como se los dices, ni dobles sentidos ni chistes, así fue como esa frase de su
esposa lo impulsó a recorrer el país tratando de llegar hasta el Presidente
para decirle lo que ella le había pedido y así conseguir que ella se acercara a
él de nuevo. En el camino, es detenido y torturado luego de que en un meeting
del Pdte. Bush gritara la famosa frase y la seguridad lo detuviera. Al ser
liberado, emprende un viaje largo donde ayuda a un poblado a salir adelante
luego de un devastador huracán.
Se entera por TV
que el pueblo está sufriendo y recuerda a una señora con su hijo que le
brindaron hogar mientras se encontraba en carretera, lo llevaron a la iglesia
donde las diversas familias del pueblo enviaban en voz alta mensajes a
familiares que habían perdido en la guerra. Khan habló en voz alta y delante de
todos sobre lo doloroso que había sido la pérdida de su hijo y mejor amigo y
lloró.
Es así como este
personaje nos enseña que los Asperger incorporados en la rutina social pueden
evolucionar positivamente, de forma especial en sus restricciones como lo
emocional.
El 18 de febrero
fue declarado como el día internacional del Síndrome de Asperger. Les
recomiendo esta película a todos. A padres y maestros los invito a investigar y
entender más sobre estos temas. No más niños abusados, excluidos e
incomprendidos por ignorancia de los adultos que los rodeamos. Hasta la
próxima.
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