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sábado, 6 de agosto de 2011

¿Piel amarilla? Hepatitis a la vista



Hoy, es momento de que conversemos, ustedes y yo sobre la hepatitis, conocemos la vacuna y algunas cosas que dicen los médicos y pediatras pero sabemos de verdad en qué consiste, aquí aprenderemos un poco.


La hepatitis A es una infección hepática causada por el virus de la hepatitis A (VHA). Éste se transmite cuando una persona no infectada o no vacunada come o bebe algo contaminado por heces de una persona infectada por el VHA; esta vía de transmisión se llama fecal-oral. La enfermedad está estrechamente asociada a un saneamiento deficiente y falta de higiene personal. A diferencia de las formas B y C, la hepatitis A no causa hepatopatía crónica y rara vez resulta mortal, pero sí causa síntomas debilitantes.


En el mundo las infecciones por VHA ascienden aproximadamente a 1,4 millones de casos al año. Los pacientes contagiados pueden tardar semanas o meses en recuperarse y volver a sus actividades laborales, escolares o cotidianas.


Los síntomas son de moderados a graves entre los que pueden figurar: fiebre, malestares, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica ocular). Los menores de seis años de edad infectados no suelen tener síntomas apreciables. Entre los niños de más edad y los adultos la infección suele causar síntomas más graves y se observa ictericia (amarillo en piel y ojos) en más del 70% de los casos.


Toda persona no infectada anteriormente o no vacunada puede contraer hepatitis A. Quienes viven en lugares donde el saneamiento es deficiente corren mayores riesgos. Otros factores de riesgo son la inyección de drogas, la convivencia con una persona infectada o las relaciones sexuales con una persona que tiene una infección aguda por VHA.


Se puede propagar de una persona a otra cuando una persona no infectada ingiere alimentos o bebidas contaminados con heces procedentes de una persona infectada por el virus. La transmisión de VHA por vía sanguínea, es mucho menos frecuente. Los brotes de origen hídrico, aunque infrecuentes, suelen ir asociados a contaminación por aguas residuales o a un abastecimiento de agua insuficientemente tratada.


No hay ningún tratamiento específico para la hepatitis A. La remisión de los síntomas después de la infección puede ser lenta y éstos pueden tardar varias semanas o meses en desaparecer. El tratamiento tiene por objetivo la comodidad y el equilibrio nutricional del paciente, incluida la rehidratación tras los vómitos y las diarreas.
Entre las medidas de prevención figuran: un abastecimiento suficiente de agua potable segura y una evacuación apropiada de las aguas residuales de la comunidad, junto con prácticas de higiene personal tales como el lavado regular de las manos.


Hay varias vacunas contra la hepatitis A disponibles a nivel internacional. Todas ellas protegen de manera semejante contra el virus y sus efectos colaterales. No hay ninguna vacuna autorizada para niños menores de un año de edad.


Al cabo de un mes de haber recibido una sola dosis de la vacuna, casi el 100% de las personas habrá alcanzado niveles protectores de anticuerpos. Incluso después de la exposición al virus, una dosis de la vacuna dentro de las dos semanas posteriores al contacto con el virus tiene efectos protectores. Aún así, los fabricantes recomiendan dos dosis de vacuna para que la protección dure de cinco a ocho años después de la vacunación. Millones de personas han sido inmunizadas sin haber sufrido efectos adversos graves. La vacuna se puede administrar en el marco de programas regulares de inmunización infantil y junto con otras vacunas comúnmente administradas a los viajeros.


Se pueden distinguir áreas geográficas de nivel elevado, intermedio o bajo de infección por VHA.


Nivel elevado: en países en desarrollo donde las condiciones de saneamiento y las prácticas de higiene son deficientes, el riesgo de infección en algún momento de la vida es superior al 90%. Las epidemias son poco frecuentes porque los niños de más edad y los adultos suelen ser inmunes. En estas áreas la morbilidad es escasa y los brotes epidémicos son raros.


Nivel intermedio: en países en desarrollo, países con economías en transición y regiones donde las condiciones de saneamiento son variables, en la primera infancia los niños suelen escapar a la infección. Irónicamente, debido al mejoramiento de las condiciones económicas y de saneamiento, puede haber mayores tasas de morbilidad porque la infección se presenta en grupos de más edad y pueden aparecer grandes epidemias.


Nivel bajo: en países en desarrollo donde las condiciones de saneamiento e higiene son buenas, las tasas de infección son bajas. Puede haber morbilidad entre adolescentes y adultos en grupos de alto riesgo, por ejemplo consumidores de drogas inyectables, hombres homosexuales o personas que viajan a zonas de alto riesgo, y en poblaciones aisladas, por ejemplo comunidades religiosas cerradas.


Fuente: OMS


Lo más importante es no automedicarte y acudir al especialista ante cualquier malestar. En el caso de la hepatitis en Venezuela, el ministerio para la salud realiza jornadas gratuitas donde es colocada esta vacuna al igual que debe estar disponible en las sedes del Seguro Social. También es importante el higiene con los alimentos, sobre todo con las frutas y hortalizas. Hasta la próxima. Sonríe siempre. Gente Saludable, Gente como tú.

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