¡¡¡Prohibido tocar a los niños!!!

¿Cómo enfrentar que mi hijo o hija fue abusado sexualmente? De entrada uno piensa: eso jamás me va a pasar a mí, ojala sea así, de lo contrario usted debe leer atentamente esta entrevista que nos concedió el doctor Armando Arias, pediatra especializado en el área.

Antes eran un tabú hoy, un trabajo arduo, y es que el 80 % de los casos que se reportan involucran directamente a los integrantes de la familia como propiciadores del abuso sexual de los niños y niñas en el hogar. Las cifras son alarmantes, en los centros de salud se estima que de cada 10 casos que se reportan entre 50 y 60 adicionales no se denuncian, aumentando significativamente en los últimos 5 años.

Así lo afirma el doctor Arias quien señala que esta problemática abarca varios aspectos “El abuso sexual no es solamente la violación, la penetración también desvestir al niño, un adulto enseñarle los genitales, tocarlo, grabarles videos y tomarles fotografías”. Cuando el niño o niña fue victima puede manifestarse de diversas maneras tales como lesiones, fisura, sangramiento pequeño, verruga vulvar, flujo, irritación en el pene, el niño que empieza a caminar mal porque le duele, entre otros.

En el diagnóstico inicial los padres evitan confesar cualquier incidente o sospecha, sin embargo para el médico tratante existen algunos factores de atención: “un niño que controlaba el esfínter y de repente empieza a tener este tipo de problemas, un niño que tiene miedo a regresar a casa, miedos nocturnos, temor a estar sólo, un niño muy retraído que puede tener comportamientos sexuales, a veces al momento de examinarlos presentan movimientos con connotaciones de este tipo, entre otros”, asegura Arias.

El entorno del niño, niña y adolescente debe ser sano y saludable, propicio para desarrollar adecuadamente sus capacidades y aptitudes sin miedos ni limitaciones, sin embargo, muchas situaciones de riesgo se tejen en torno a nuestros infantes. Arias enumera: baja autoestima, maltrato, niños con discapacidad que son abusados, madres que no han tenido nexos afectivos con el hijo (embarazo no deseado), madres que dejan cuidando a sus hijos con adolescentes o adultos; familias disfuncionales donde existen terceras personas habitando y se encargan del cuidado de los infantes; el alcohol y las drogas en el núcleo, entre otros.

Muchos padres no dicen nada de lo ocurrido por el miedo al que dirán, a ser señalados como malos padres, por el temor a despertar lastima por el niño. Un niño que ha sido manoseado, tocado, filmado desnudo o se le han hecho exhibiciones, el examen no evidenciará lesiones físicas y debe ser tratado con psicólogos, psiquiatras, terapistas, pediatras y por supuesto la familia. Igualmente son remitidos a las defensorías de niños, niñas y adolescentes para abordar el tema desde la óptica legal. Si se presentan lesiones como verrugas o heridas, se requiere un protocolo médico especial, en ocasiones se necesita anestesia general y aplicar un tratamiento para las infecciones tanto las corrientes como las de transmisión sexual.

Las edades más vulnerables son entre 9 y 13 años. Para los niños es un proceso muy complejo y difícil, sin embargo, los padres atraviesan también por diversas etapas: “Lo primero que hace un padre es la negación, no sospecha de ningún miembro de la familia, rechaza que eso haya podido ocurrir, pero al final cuando uno les presenta las evidencias luego del examen médico, ellos a traviesan por diversas etapas de duelo, rabia y posteriormente la aceptación para dar pie a respaldar la atención de los niños”, resalta el Dr. Arias.

Podrían existir varios contextos de abuso sexual, para precisarlos con mayor claridad: intrafamiliar: ocurre en manos de un padre, padrastro, hermano o pariente; extrafamiliar: fuera de casa por un amigo, la persona que lo cuida, maestro o desconocido y explotación sexual comercial: cuando el niño es sometido a practicas sexuales para beneficio económico del adulto.
Algunos niños o jóvenes no hablan de hechos como estos, aquí algunas razones: no hay edad suficiente para comprender lo que está sucediendo; no sabe expresar con palabras lo sucedido; ha sido persuadido o amenazado para que no hable, por vergüenza o culpa, si creen ser cómplices o que han provocado los hechos, piensan que nadie les va a creer o que van a ser castigados por eso, entre otros. En el caso de abuso intrafamiliar el niño afronta diversas dualidades: el niño tiene sentimientos mixtos hacia el victimario; puede temer la destrucción o desintegración de la familia por su culpa o pérdidas económicas o desprestigio social.
Los padres y representantes desde muy temprano deben enseñarle a sus hijos que el área genital no debe ser tocada por otra persona que no sean ellos mismos o algún familiar muy cercano de confianza, evitar que sean tocados incluso por sus hermanos, tener un buen nexo de comunicación para que el niño sea capaz de decir lo que le está pasando y además le crean a sus hijos. En las escuelas deben realizarse taller a los maestros para sensibilizarlos en el tema y luego ir hacia el área de pediatría para que el trabajo sea directo con los padres.

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