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jueves, 16 de diciembre de 2010

Bendito Gluten que me matas

Fuertes dolores de estómago cuando comes ciertos alimentos, brotes sorpresivos en la piel, diarreas prolongadas y pérdida de peso veloz pueden ser algunos síntomas de alarma ante una enfermedad extraña pero cada día más común que se le conoce como celiaquía.

Es una intolerancia permanente al gluten (gliadina) que es una proteína que está en la cebada, centeno, trigo y avena. Representa para los celíacos la equivalencia a un veneno, es altamente toxica para ellos y de no ser tratada puede llegar hasta el cáncer. No está presente en el arroz ni en el maíz.

Su condición se debe a aspectos genéticos aunque estudios recientes apuntan también a la sobreexposición al gluten y agresiones bacterianas.

Según explica la doctora Georgette Daoud, pediatra especialista en gastroenterología y nutrición infantil, el gluten causa daños en el intestino delgado, las vellosidades naturales se desgastan y lo aplanan por ello no absorbe los alimentos lo que puede generar un sin fin de reacciones tales como: diarreas, distensión abdominal, ausencia de crecimiento, pérdida de peso, convulsiones, vómitos, falta de apetito, anemia, dermatitis herpetiforme, dolor de cabeza, alteraciones de la memoria y del comportamiento, aftas en la boca, cambios en el esmalte dental, descalcificación como osteoporosis y osteopenia, primera menstruación tardía, infertilidad masculina y femenina así como también abortos. Sin embargo, en algunos casos no se presentan síntomas lo que complica su diagnóstico.

La diabetes mellitus tipo 1, epilepsia y el síndrome de down están relacionadas con esta enfermedad. Esta condición celíaca obliga al paciente a llevar una dieta estricta de por vida completamente libre de gluten. Lo más importante de estas enfermedades asociadas es que algunas ceden al controlar el gluten de la ingesta alimenticia, por ejemplo: si un paciente presenta un cuadro de diabetes y se le ubica la condición celíaca con su dieta determinada, mejora significativamente

Su diagnóstico se realiza a través de pruebas de sangre llamada “Elisa en sangre” para ubicar el anticuerpo “antitransglutaminasa tisular IGG” y estudios gastro-intestinales con endoscopia para hacer una biopsia y conseguir la información oportuna del paciente.

Está directamente ligada a la introducción del gluten en la dieta del bebé o adulto. En algunos casos presenta algunos de los síntomas en bebés tan pequeños como de 8 meses de edad o en adultos que ya sobrepasan los 30 años. No hay edad definida pero si está en tu organismo puede activarse de un momento a otro.

La dermatitis herpetiforme es una de las manifestaciones más frecuentes de esta condición. Es una suerte de brote tipo ampollas que pican mucho y se rompen con facilidad. Se presentan usualmente en codos, rodillas, nalgas, espalda entre otras zonas.

Existe una versión llamada celiaquía refractaria que afecta del 5 al 30% de las personas que son diagnosticadas. A pesar de llevar la dieta libre de gluten, los síntomas no ceden y se agudizan porque la condición no tiene retroceso. Esto puede tender también a generar el conocido Linfoma No Hodgkin que ocurre cuando las crisis son persistentes. El intestino delgado se deteriora excesivamente y puede terminar en carcinoma que es un tipo de cáncer. A este extremo se llega con el modo refractario o cuando la celiaquía se diagnostica muy tardíamente.
Entre los otros tipos de celiaquía tenemos: clásica: son predominantes los trastornos intestinales. Fácil de detectar. Potencial: pacientes con predisposición genética a través de familiares directos, aunque las vellosidades del intestino están intactas. Silente: no tienen síntomas de ningún tipo pero al realizarse los estudios correspondientes la mucosa del yeyuno (intestino delgado) esta alterada y deteriorada. Y por último la celiaquía latente: no hay síntomas, usualmente son pacientes que tienen antecedentes genéticos, presentaron la condición cuando eran niños y lograron recuperarse. Deben chequearse con mucha frecuencia ya que la reincidencia puede no notarse con facilidad.

Lo más importante para un celíaco es alejarse del gluten ya que apenas probarlo puede generarle fuertes recaídas y retrasar el tratamiento. Deben leer con mucho detenimiento las etiquetas de los productos ya que muchos presentan el componente aunque no lo parezca.

La organización http://www.celiacosvenezuela.org/ enumera los alimentos que podrían contener gluten: Embutidos: mortadela, chorizo, morcilla, productos de charcutería, quesos fundidos de sabores, patés diversos, conservas de carne y de pescado en salsas, caramelos y gomitas, algunos chocolates, café y otras bebidas de máquina, helados, frutos secos cubiertos con harina, colorante alimentario y tortillas de maíz con sabores. Los que con seguridad tienen gluten: pan y harinas de trigo, pasteles y tortas, galletas, pastas italianas y sémola de trigo, leches y bebidas malteadas y tequeños. Y por último los libres de gluten: queso, requesón, natas, yogures naturales y de sabores, pescados frescos, carnes, jamón serrano de calidad, huevos, verduras, hortalizas y tubérculos, frutas, arroz, maíz, yuca, azúcar morena, miel o papelón, aceites, café en granos, vinos, sal y vinagre.

El nutricionista que escojas de tu confianza te indicará cuales alimentos con gluten puedes sustituir por otros para tu consumo sin problemas. Recuerda que la detección temprana de esta condición es fundamental para preservar tu vida y tu salud. Hasta la próxima. Sonríe siempre.

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