Especialmente en Venezuela, por costumbre de nuestras abuelas, estamos acostumbrados a ver a los niños “repuesticos” de lo contrario acudimos rápidamente a todas las vitaminas y suplementos conocidos en el mercado para que el pequeño recupere el peso, sin embargo, lo que desconocemos es el daño abismal que le hacemos a su organismo si no necesita esta ayuda externa. Aquí les presentamos una nueva entrevista derivada LVI Congreso de Pediatría “Dr. Amadeo Leyba Ferrer” que se realizó del 4 al 10 de octubre en Maracaibo, estado Zulia.La Doctora Digna Pinto, radicada en Delta Amacuro desarrolló la ponencia Suplementos nutricionales, ¿son necesarios? enfatizando inicialmente que los suplementos nutricionales son los productos que incluyen micronutrientes, oligoelementos, macronutrientes, ácidos grasos, vitaminas, minerales, fibras dietéticas, incluso yerbas y diversos nutrientes obtenidos de los alimentos con el propósito de satisfacer las necesidades particulares de nutrición determinadas por las condiciones físicas y fisiológicas especificas en cada paciente.
La ingesta de los mismos deben hacerse únicamente ante la presencia de ciertas características “en pacientes adolescentes que no tengan una ingesta adecuada de vitamina D, las 400 unidades internacionales que se necesitan; en niños amamantados que son productos de madres vegetarianas estrictas, pacientes de madres que estén anémicas y están amamantando, principalmente para aportar hierro y otras vitaminas”, resaltó Pinto.
Puntualizó el caso de la vitamina K “se comenzó a utilizar dosis vía oral e intramuscular y se observó que vía oral no cubría la enfermedad hemolítica del recién nacido en su etapa tardía por lo que la Academia Americana de Pediatría ratifica que su uso debe ser intramuscular en una dosis de 0.5 a 1 miligramo en todo paciente recién nacido. Esta vitamina ha disminuido la mortalidad infantil por esta afección”.
El uso excesivo e inadecuado de los suplementos nutricionales puede causar efectos secundarios en torno a las siguientes precisiones: la vitamina C son 100 o 150 miligramos diarios en los niños, tiene ácido ascórbico y en demasía puede generar cálculos renales, esto ocurre ya que usualmente los padres les dan las tabletas de 500 miligramos que sólo corresponden a adultos. La vitamina A, en abundancia, hace que las fontanelas (separaciones del cráneo del bebé) se abomben y puede confundirse con un diagnóstico de meningitis. Entretanto, el Zinc que es utilizado para diarreas y pacientes con inmunidad baja, si se eleva la dosis el niño puede presentar sangramiento y erosiones gástricas.
La Dra. Pinto asegura que los países latinoamericanos están clasificados como los más altos consumidores de suplementos nutricionales por venderse con excesivos atractivos publicitarios y la poca información que se suministra sobre sus mitos y realidades. Estos añadidos podemos conseguirlos fácilmente en las comidas, sólo debe planificarse una adecuada alimentación con el pediatra para poder obtener el máximo de nutrientes en todo lo que se consuma.
La desorganización del hogar afectan directamente al niño “El problema es de cultura los padres creen que el niño siempre necesita vitaminas, pero por lo general con la alimentación es suficiente de la mano con un ambiente familiar óptimo, un espacio físico adecuado, con tranquilidad para que el niño se sienta relajado y la absorción de los nutrientes sea exitosa”. Asevera Pinto.
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