La Organización Mundial de la Salud ofrece algunas cifras:
en el mundo al menos existe más de 347 millones de personas con diabetes. Se calcula que en 2004 fallecieron 3,4 millones de
personas como consecuencias del exceso de azúcar en la sangre. Más del 80% de
las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos y medios. Casi
la mitad de esas muertes corresponden a personas de menos de 70 años, y un 55%
a mujeres. La OMS
prevé que las muertes por diabetes se multipliquen por dos entre 2005 y 2030.
La diabetes es una enfermedad crónica que
aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo
no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que
regula el azúcar en la sangre. El efecto de la diabetes no controlada es la
hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña
gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos
sanguíneos.
Existen tres tipos de diabetes: la diabetes de tipo 1 (también llamada
insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia). Se
caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la
administración diaria de esta hormona. Se desconoce aún la causa de la diabetes
de tipo 1, y no se puede prevenir con el conocimiento actual.
Sus síntomas consisten, entre otros, en
excreción excesiva de orina (poliuria), sed (polidipsia), hambre constante
(polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio. Estos síntomas
pueden aparecer de forma súbita.La diabetes de tipo 2 (también llamada no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta). Se debe a una utilización ineficaz de la insulina. Este tipo representa el 90% de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física.
Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero a menudo menos intensos. En consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse sólo cuando ya tiene varios años de evolución y han aparecido complicaciones.
La diabetes gestacional es un estado hiperglucémico que aparece o se detecta por vez primera durante el embarazo.
Sus síntomas son similares a los de la diabetes de tipo 2, pero suele diagnosticarse mediante las pruebas prenatales, más que porque el paciente refiera síntomas.
Con el tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios.
La diabetes
aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente vascular cerebral (AVC). Un 50% de
los pacientes diabéticos mueren de enfermedad cardiovascular (principalmente
cardiopatía y AVC).
La
retinopatía diabética es una causa importante de ceguera, y es la consecuencia
del daño de los pequeños vasos sanguíneos de la retina que se va acumulando a
lo largo del tiempo. Al cabo de 15 años con diabetes, aproximadamente un 2% de
los pacientes se quedan ciegos, y un 10% sufren un deterioro grave de la
visión.
La diabetes
se encuentra entre las principales causas de insuficiencia renal. Un 10 a 20% de los pacientes con
diabetes mueren por esta causa.
La neuropatía
diabética se debe a lesión de los nervios a consecuencia de la diabetes, y
puede llegar a afectar a un 50% de los pacientes. Aunque puede ocasionar
problemas muy diversos, los síntomas frecuentes consisten en hormigueo, dolor,
entumecimiento o debilidad en los pies y las manos.
- Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.
- Mantenerse activo físicamente: al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana.
- Consumir una dieta saludable que contenga entre tres y cinco raciones diarias de frutas y hortalizas y una cantidad reducida de azúcar y grasas saturadas.
- Eliminar consumo de tabaco.
El tratamiento de la diabetes consiste en la reducción de la glucemia y de otros factores de riesgo conocidos que dañan los vasos sanguíneos.
Una de las complicaciones más conocida es el pie diabético: “es posible que no sienta una cortadura, una ampolla o una llaga. Las lesiones como estas en el pie pueden causar úlceras e infecciones. Los casos graves pueden inclusive causar una amputación. El daño en los vasos sanguíneos también puede significar que los pies no reciben suficiente sangre y oxígeno. Es más difícil que su pie pueda curarse si tiene una llaga o una infección. Usted puede ayudar a evitar los problemas con los pies. Primero, controle los niveles de azúcar en la sangre. También es esencial una buena higiene de los pies”. Así lo refleja la web medlineplus.
El 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de
Tu salud es lo más importante. Hasta la próxima. Sonríe siempre.
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