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domingo, 18 de marzo de 2012

Cuaima 2.0

En el día de la mujer, el 8 de marzo, las felicitaciones y mensajes iban y venían sin parar a través de todas las redes sociales, pin, mensajes de texto, mails, no hubo lugar que escapara a esta invasión.

El buen humor y picardía del venezolano, desde luego, siempre es el protagonista, es por ello que uno de los mensajes más populares fue este: “Feliz día de la formadera de lio, del dolor de cabeza, del dolor de vientre, de la hamburguesa con refresco light, del “a quién co… miras”, del “llévatela pa´ tu casa”, de la formadera de lio (sí de nuevo), del “tu no me quieres”, del “tu no me llamas”, del “tu no me sacas”, del “cómo me veo”, del “estoy más gorda”, del “estoy más flaca”, del “tu no me miras”, del edulcorante para las bebidas, del cereal de trigo pa´ rebajar, de la formadera de lio (sí son 3 veces ya), del “qué me pongo hoy”, del “no tengo ropa”, del “no tengo zapatos”, del “necesito una cartera”, del “dónde estás”, del “con quién andas”, del “tú tienes otra”, del “no me pasa nada” (esta no falla) y de la formadera de líos (4ta vez), es que ustedes no se cansan de eso, y aún así ustedes quieren que las felicitemos y si no lo hacemos es lio seguro, de todos modos las queremos”.

Palabras más palabras menos así fue el mensaje, omitimos algunas palabras típicas del venezolano que son imposibles publicarlas en un medio masivo como éste, ya imaginan cuales. La primera reacción es reírnos mucho ante la osadía del redactor de este texto y sobre todo la precisión en cuanto a las frases súper trilladas de las mujeres.

Conversando con uno de los amigos que tuvo la gracia de enviarme este mensaje a mi pin, entendí que ciertamente estas conductas se han institucionalizado en nuestra sociedad, los hombres se han acostumbrado, las mujeres las usan como una suerte de “gancho” y además con un toque de masoquismo este amigo me dice “es que una relación sin líos es aburrida”.

Yo me niego a estas premisas ya que es un poco alocado pensar que prefiero gastar energías en pelear que en otras cosas que sean ricas para la relación. Me niego.

Este amigo asegura que la relación de pareja sin peleas se vuelve monótona, yo deseo en el fondo que su intención se refiera a esas pequeñas cosas del día a día en las que uno difiere de su compañero, que además son inevitables y no a aquella frase popular que reza “es sabroso pelear porque las reconciliaciones son muy buenas”.

El punto que quiero resaltarles es que con el tiempo debido a diversas influencias sociales, familiares, etc., nuestra programación mental ha estado encaminada a las premisas “pelear es bueno”, “si peleamos no somos aburridos”, “pelear me garantizará una noche de sexo apasionado”. Estamos asociando el placer, las cosas buenas, bonitas y positivas de la relación a lo negativo 100%. Son una serie de conductas que no existen pero se han vuelto tan repetitivas y cotidianas que las asumimos como normales y las desarrollamos como si fuera una obligación, cuando en realidad no deberían tener ningún vínculo real.

Al profundizar con otro amigo, sí, van dos hombres, solo hombres por esta vez, me explica que las peleas por cosas de la cotidianidad “no me llamaste al llegar”, “se te olvidó la diligencia que te pedí” etc., serían aceptables porque permiten conocer más a la otra persona, sus aspectos buenos y los malos de cara a mayor compenetración y menos sorpresas en la incompatibilidad de caracteres a lo largo del camino. Ambos consultados coinciden en rechazar rotundamente las disputas por celos o celopatías de sus parejas. Ver fantasmas donde no los hay y/o ligarlos a cualquier mujer del entorno de manera obsesiva es algo que los cansa y los aleja definitivamente.

La contraparte en esta conversa, es decir la posición de mujer, desde luego era yo. Les insistí que estaba en desacuerdo con cualquier tipo de peleas dentro de la relación asociadas a felicidad posterior como ya explique, pero les cedí un espacio en algunos aspectos.

Les expliqué, con un dejo de justificación, que mis peleas la mayor parte de las veces iban encaminadas a los temas relacionados con la superación personal y de pareja, planes y proyectos conjuntos, el “echar pa´ lante” como quien dice. Si yo siento que el autobús no camina o ni siquiera tiene ruedas, el conflicto bélico se enciende en mi cerebro. Sin embargo, descarté peleas de celos o por cualquier cosa.

También, y aquí viene el punto que quería contarles desde el principio, le explicaba a uno de ellos que hoy en día a muchas mujeres, más allá del “estoy gorda, estoy flaca” o del “qué me pongo” padecemos de lo que el mismo definió como “Cuaima 2.0” luego de darle esta descripción: soy de las que dice “leyó el pin y no respondió”; “Le llegó el pin pero no lo ha leído, lo dejó en “D” y nada”; “lo vi escribiendo en el twitter, le mandé un mensaje privado y se tarda en responderme”; “el tipo no tiene Facebook ni twitter ya lo busqué y no aparece, eso me deja pensando porque un tipo sin vida digital es sospechoso” y largos etcéteras que saltan a la palestra cuando de conversas y confesiones de chicas se trata. La tecnología se ha sumado a “nuestras cosas”.

Mujer Divina, cómo fascinas, decía Cheo Feliciano en una canción que aún arranca suspiros, hoy mujeres divinas todas, hemos logramos evolucionar y crecer con el tiempo y las etapas, pero lo más importante es saber respetarnos y valorarnos y junto a eso respetar a los demás y sus capacidades sin creernos las superpoderosas. Sonríe siempre. Hasta la próxima


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