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jueves, 16 de febrero de 2012

Enfermedades No Transmisibles


Nuestra sociedad actual está sobre-expuesta a las Enfermedades No Transmisibles derivadas de nuestros hábitos inadecuados que adquirimos a través del tiempo y los que transmitimos de generación en generación que se institucionalizan y causan daños profundos e incluso nos llevan a la muerte. Los datos y análisis presentados a continuación están derivados de un informe sobre la situación mundial de estas enfermedades realizado por la Organización Mundial de la Salud en el año 2010. Quise compartírselos, es importante que aterricemos en estas realidades.

Las Enfermedades No Transmisibles (ENT) son la principal causa de mortalidad en todo el mundo, pues cobran más vidas que todas las otras causas combinadas. Contrariamente a la opinión popular, los datos disponibles demuestran que casi el 80% de estas muertes se dan en los países de ingresos bajos y medios. Se estima que las defunciones relacionadas podrían evitarse mediante intervenciones conocidas, costo-eficaces y viables.

De los 57 millones de defunciones que se produjeron en todo el mundo en 2008, 36 millones –casi las dos terceras partes- se debieron a ENT, principalmente enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades pulmonares crónicas. El mayor ritmo de aumento de la carga combinada de estas enfermedades corresponde a los países, poblaciones y comunidades de ingresos bajos, en los que imponen enormes costos en términos humanos, sociales y económicos. Alrededor de una cuarta parte de la mortalidad mundial relacionada con las ENT afecta a personas menores de 60 años.

Las ENT se deben en gran medida a cuatro factores de riesgo comportamentales que se han afianzado de forma generalizada como parte de la transición económica, los rápidos procesos de urbanización y los modos de vida del siglo XXI: el consumo de tabaco, las dietas malsanas, la inactividad física y el uso nocivo del alcohol.

Una mejor atención sanitaria, la detección temprana y el tratamiento oportuno son una alternativa eficaz para reducir sus efectos. Sin embargo, en muchos lugares no se proporciona una atención adecuada y el acceso a tecnologías y medicamentos esenciales es limitado, sobre todo en países y poblaciones de ingresos bajos y medios. Aquí algunos detalles:

El tabaquismo: alrededor de 6 millones de personas mueren por esta causa cada año, tanto por el consumo directo como por el pasivo. Hacia 2030 esa cifra aumentará hasta los 7,5 millones, lo que representará el 10% del total de muertes. Se estima que el tabaquismo causa aproximadamente el 71% de los casos de cáncer de pulmón, el 42% de las enfermedades respiratorias crónicas y alrededor del 10% de las cardiovasculares.
El sedentarismo: aproximadamente 3,2 millones de personas mueren por esta causa cada año. Las personas con poca actividad física corren riesgo entre un 20% y un 30% mayor que las otras, de morir por cualquier causa. La actividad física regular reduce el riesgo de padecer depresión, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes y cáncer de mama o colon.

Alcohol: aproximadamente 2,3 millones de personas mueren a causa del uso nocivo del alcohol cada año, lo que representa alrededor del 3,8% de todas las muertes que tienen lugar en el mundo. Más de la mitad de dichas muertes son provocadas por ENT como cáncer, enfermedades cardiovasculares y cirrosis hepática.
La dieta no saludable: el consumo de fruta y verdura en cantidades suficientes reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer de estómago y cáncer colorrectal.

La hipertensión: se estima que causa 7,5 millones de muertes, lo que representa alrededor del 12,8% del total. Es un factor de riesgo muy importante de las enfermedades cardiovasculares.

El sobrepeso y la obesidad: al menos 2,8 millones de personas mueren cada año por sobrepeso u obesidad. El riesgo de padecer cardiopatías, accidentes cerebro-vasculares y diabetes crece paralelamente al aumento del índice de masa corporal (IMC). Un IMC elevado aumenta asimismo el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.

La hipercolesterolemia: se estima que la hipercolesterolemia causa 2,6 millones de muertes cada año; aumenta el riesgo de padecer cardiopatías y accidentes vasculares cerebrales.

Las infecciones relacionadas con el cáncer: al menos 2 millones de casos de cáncer anuales, el 18% de la carga mundial de cáncer, pueden atribuirse a ciertas infecciones crónicas; y esa proporción es sustancialmente mayor en los países de ingresos bajos. Los principales agentes infecciosos son el virus del papiloma humano, el virus de la hepatitis B, el virus de la hepatitis C y Helicobacter pylori. Dichas infecciones pueden prevenirse en gran medida con vacunas y medidas para evitar la transmisión, o bien pueden tratarse.
Estamos acostumbrados a escuchar sobre todo esto, muchas de estas prácticas forman parte habitual de nuestra rutina y sin ser consientes aportamos a que nuestra vida se acorte a pasos agigantados. Además estos malos hábitos por ende los transmitimos a nuestros hijos o las personas que están bajo nuestro cuidado y ese efecto dominó es casi indetenible si no tomamos cartas en el asunto y cambiamos radicalmente.

En Venezuela es común oír cosas como “soy bebedor social” o “nada más fumo después de comer para hacer la digestión”. Las frases más auto-engañosas de una sociedad que tapa sus deficiencias con chistes que nos hunden poco a poco en situaciones que pueden ser letales. Cuida tu salud. Sonríe siempre. Hasta la próxima.

@GenteSaludable
@JennyMarquesR
@YogaSaludable

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