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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Aroma a laurel




En los portugueses y en la comunidad luso – venezolana en general el gusto por la cocina con mucho sabor es ancestral, todo tiene mucho aroma y hasta los paladares más agudos les toma rato identificar cada una de las especias o condimentos naturales que acompañan sus recetas. Este sazón se extiende a todos los países del mediterráneo en mayor o menor medida. Uno de los acompañantes que no puede faltar es la hojita de laurel, aquí conoceremos más sobre ella.


Tradicionalmente es una planta que ha simbolizado la victoria. Fue utilizada por los griegos y los romanos para realizar coronas con las que premiaban a los ganadores, tanto en el juego como en la batalla. Es un símbolo que habitualmente lucía sobre la cabeza de los emperadores y de los poetas. Existía la creencia de que este árbol no podía ser alcanzado por los rayos, por lo que algunos romanos contaban con la presencia de unas ramas en las casas, que cogían en el momento de las tormentas para no ser alcanzados por alguna descarga eléctrica.


Aparte de su follaje verde oscuro, perenne y atractivo, sus hojas y flores son muy aromáticas. Plantado en tierra, normalmente lo veremos como un arbusto, pero con los años, si se deja libre sin podar, se hace en un árbol que puede alcanzar los 15 metros de altura. En maceta, llega a los 2 metros.


Si vives en una zona fría, protégelo llevándolo dentro de la casa. Cuando llegue el buen tiempo, sácalo a la terraza o al jardín. Se adapta a la mayoría de suelos, aunque va mejor en los que tienen un buen drenaje. Evita el pleno sol del verano que puede "quemar" sus hojas. Ideal es la semisombra, es decir, sol unas horas del día y sombra otras.

Sus hojas se utilizan como condimento aromatizante de muchas comidas, en preparados de estofados, pescados, patés, sopas... Interviene en casi todos los guisos. Un pollo asado sobre una cama de laurel es estupendo. Combina con casi todo, desde platos con carnes rojas, aves y pescados, hasta salsas para pastas. Se pueden recoger las hojas durante todo el año para uso en fresco o hacer ramilletes para secar, bien sea en la oscuridad o al horno. Las hojas secas tienen un sabor más intenso que las frescas. Otra utilidad es para hacer aceite aromatizado de laurel.


Sus hojas, en infusión, alivian las molestias estomacales, reduce la hipertensión y es antiséptico para hongos vaginales (baños de asiento). Se ha usado tradicionalmente para facilitar la digestión y como expectorante y espasmolítico. Como producto medicinal, una infusión hecha con sus hojas, mejora las dolencias del estómago y el riñón, y favorece la digestión. Infundir 3 ó 4 hojas por taza durante 10 minutos. Dos o tres tazas al día, antes o después de las comidas.


Estimulante del aparato digestivo: aumenta las secreciones por lo que contribuye a favorecer la digestión, ayudando al estomago, al hígado y previniendo la acidez, disminuyendo las flatulencias y los espasmos intestinales.


Expectorante, bronquial, gripe: en caso de enfermedades respiratorias tiene un efecto beneficioso contra la gripe, la bronquitis, tos y las afecciones del aparato respiratorio en general (faringitis, laringitis etc.),
Además, los ácidos oleicos le confieren propiedades circulatorias en el tratamiento de la arteriosclerosis y en la mejora de la circulación sanguínea.


Ayuda a combatir las enfermedades reumáticas, aliviando el dolor y desinflamando las articulaciones afectadas. (4 gotas de aceite esencial 3 veces al día).


Disminuye las menstruaciones demasiado abundantes y favorece aquellas que son pobres. (Infusión de una cucharadita de hojas secas desmenuzadas por taza de agua. Tomar durante 7 días antes de la menstruación 2 tazas cada día).


También, favorece la eliminación de líquido en el cuerpo, por lo que resulta interesante no solamente en caso de obesidad, sino también en aquel conjunto de dolencias que mejoran con la eliminación de agua y la consiguiente eliminación de toxinas y especialmente el ácido úrico: enfermedades circulatorias, hepáticas, artritis, reumatismo, etc.


Resulta adecuado en el tratamiento externo de las afecciones de la piel contra afecciones causadas por hongos, así como en golpes, úlceras, quemaduras, acné, etc. Ejerce en este sentido una función regeneradora de la epidermis. (Macerar durante 15 días un puñado de bayas (el fruto de un tipo de mata de laurel) en 250 gr. de aceite de oliva. Filtrar y aplicar con una gasa el líquido resultante sobre la superficie afectada).


No conviene tomar dosis altas de esta planta, pues puede resultar perjudicial en personas con estómago sensible, a las que les produce vómitos por sobre-estimulación del aparato digestivo. También, en contacto con la piel, produce algunos casos de fotosensibilización- reacciones dermatológicas producidas en contacto con la luz solar- en personas alérgicas a esta planta, quienes deben abstenerse de tomarla incluso cocinada.


Los laureles son propensos a padecer tres tipos de plagas fácilmente reconocibles: las cochinillas son las principales invasoras, aproximadamente el 90% de los arbustos la padecen. Los pulgones son también comunes. Se alimentan de la planta de tal forma que la debilitan. En caso de una plaga abundante, pueden llegar incluso a ocasionar el marchitamiento del laurel. También, tendremos especial cuidado con la sila, un pequeño insecto chupador. Reconoceremos su acción porque las hojas del laurel se arrugarán.


Nuestras fuentes: infojardin.com y botanical-online.com.
Gente Saludable, gente como tú. Sonríe siempre. Hasta la próxima.

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