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sábado, 6 de agosto de 2011

Embarazo y drogas: divorcio total

Por decisión propia o por el denominado “pelón”, cuando dentro de nosotras las mujeres se siembra la semilla de una nueva vida es un acto sagrado que debe respetarse como al monumento más gigante del universo o al animal más temido. Esa devoción abarca aspectos como evitar el aborto y mantenerlo alejado de cualquier tipo de vicios y malos hábitos.

Esta vez nos metemos en terrenos peligrosos pero necesarios, las drogas. En condiciones normales consumirlas te acaba, te hunde y te mata pero embarazada el daño se maximiza a grados inimaginables, te dañas a ti y al bebé que Dios depositó en la cuna de tu vientre.

En planetabebe.blogspot.com señalan “el consumo de estupefacientes durante el embarazo perjudica gravemente la salud del futuro bebé. Durante el primer trimestre de gestación, la presencia de tales sustancias puede causar daños irreversibles en el feto. Los hijos de mujeres que han consumido drogas durante el embarazo o la lactancia tienden a ser más pequeños e irritables. Además el consumo de drogas aumenta la probabilidad de un parto prematuro. Los órganos del bebé se forman en el primer trimestre del embarazo, por lo que el consumo de sustancias estupefacientes durante este periodo puede causarle graves daños. Algunas drogas como la heroína o la metadona pueden crear adicción también en el bebé, por lo que éste nacerá con síndrome de abstinencia”.

En el caso de la marihuana que es tomada como algo “natural e inofensivo” por muchos sus efectos son altamente invasivos para el feto y sus padres “algunos estudios sugieren que puede retrasar el crecimiento del feto y reducir ligeramente la duración del embarazo (con un posible aumento del riesgo de parto prematuro). Estos efectos se observan principalmente en las mujeres que la consumen seis o más veces por semana.

Después del parto, algunos bebés que estuvieron regularmente expuestos a la marihuana antes de nacer presentan síntomas de dependencia, como llanto y temblor excesivos; además, tienen dificultades con la regulación de estados (la capacidad de adaptarse fácilmente al tacto y a cambios en su entorno), son más sensibles a la estimulación y tienen patrones de sueño deficientes. En las parejas reduce la fertilidad tanto en el hombre como en la mujer, lo cual dificulta la concepción”.

Por su parte, el éxtasis, metanfetamina y otras anfetaminas, que también han incrementado su consumo en los últimos tiempos genera consecuencias aún más graves: “un posible aumento en los defectos congénitos cardíacos y, únicamente en las mujeres, un defecto esquelético llamado pie torcido. Otra anfetamina de consumo difundido es la metanfetamina, también conocida como “speed”, “ice”, “crank” y “cristal”. Un estudio realizado en 2006 descubrió que los bebés de las mujeres que consumen esta droga tienen tendencia a no desarrollarse lo suficiente, incluso aunque nazcan en término, los bebés afectados suelen tener un peso muy por debajo de lo normal y la circunferencia de su cabeza es mucho más pequeña. Parto prematuro y fisura del paladar con labio leporino. A la larga pueden presentar problemas de aprendizaje y lenguaje”.

En palabras mayores llegamos a la heroína, su consumo puede generar “crecimiento insuficiente del feto, rotura prematura de las membranas, parto prematuro y nacimiento sin vida del bebé. Nacen con bajo peso, la mayoría suelen ser prematuros, suelen sufrir serios problemas de salud inmediatamente después de nacer, incluidos problemas de respiración y tienen un mayor riesgo de padecer incapacidades permanentes. El bebé presenta síntomas de dependencia durante los tres días después de nacer, como fiebre, estornudos, temblor, irritabilidad, diarrea, vómitos, llanto continuo y convulsiones. Por lo general, estos síntomas se alivian hacia la primera semana de vida. La gravedad de los síntomas del bebé depende de la cantidad de tiempo que la madre consumió heroína u otros narcóticos y del nivel de las dosis que consumió.”.

Igualmente, los fármacos sin receta: tomar un medicamento equivocado en el momento menos adecuado puede causar una anomalía física permanente en el feto. Cafeína: dos tazas de café o tres refrescos al día aumentan el riesgo de parto prematuro, y de recién nacido con menor peso. Otros fármacos que pueden producir efectos son los antibióticos, antidepresivos y ciertas hormonas. El alcohol puede provocar el "Síndrome de alcoholismo fetal" (malformaciones faciales, miembros defectuosos, cara y corazón). En general el alcohol en exceso produce déficit atencional en niños y menor desarrollo de altura y perímetro craneal. La nicotina: el índice de muerte fetal y neonatal es mayor en fumadoras y la orina de los bebés contiene restos de la droga. Los bebés recién nacidos de madres con está adicción retienen la nicotina, el peso es menor y actualmente se está estudiando una posible relación con la hiperactividad.

Si la mujer embarazada es adicta a alguna droga, debe comunicárselo a su médico para que le informe sobre los programas de desintoxicación existentes y sobre los daños que estas sustancias pueden causar a su futuro bebé.

Con sólo leer estos efectos tan espantosos hasta a la mujer más sana le provoca pánico. Es importante cuidarte de estos vicios y de cualquier exceso. De la misma manera se debe supervisar a las mujeres de tu entorno para garantizar que su pequeño en crecimiento tenga las condiciones adecuadas para crecer y desarrollarse. Respeta la vida. Sonríe siempre. Trabajamos para ser Gente saludable, Gente como tú.

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