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viernes, 18 de marzo de 2011

¡No te hagas la loca, es contigo!

Si eres de las mujeres que todos los años le huye al ginecólogo y siempre lo deja como una tarea pendiente sin realizar, ponte pilas porque podrías estar expuesta al Virus de Papiloma Humano y por ende al cáncer del cuello uterino o cérvico.

Se considera una enfermedad de transmisión sexual ya que la principal causa viaja a través del VPH que se manifiesta de diferentes formas, algunos leves y otros avanzan de tal forma que llegan a convertirse en cáncer, por ello lo importante de detectarlo a tiempo.

Existen entre 30 y 40 serotipos que afectan a los genitales pero dos son los más importantes el 16 y 18, denominados de alto riesgo ya que cuando ingresan tienen mayor predisposición a causar cáncer.

A parte del VPH existen otros factores de riesgo tales como iniciar relaciones sexuales a temprana edad, ya que el cuello del útero no está maduro y eso podría condicionar a que el virus se adhiera con más facilidad a las paredes y células. Además la cantidad de parejas sexuales también representa un alto riesgo a contraer el papiloma virus con mayor rapidez. De esta forma los hombres también pueden contagiarse con facilidad y transmitirlo a su pareja. También la maternidad antes de los 16 años de edad hace propicia la ocasión para esta enfermedad.

Entre los signos de alerta de la posible presencia de este cáncer silencioso figuran: sangrado después de una relación sexual, dolor en la pelvis; molestias, ardor al orinar y obstrucción urinaria. Descargas vaginales acuosas, rosadas, marrones, con hilos de sangre y mal olor también son indicativos que deben atenderse. Si la enfermedad lleva un estado avanzado, puede presentarse falta de apetito, pérdida de peso, fatiga, dolor de espalda o de piernas.

Según la Sociedad Anticancerosa de Venezuela “existen fuertes evidencias que indican que el VPH es capaz de causar cáncer de cuello uterino, vaginal, de vulva, anal, de pene, y verrugas genitales. Con frecuencia, produce en la boca y garganta el papiloma oral y el papiloma laríngeo, también se han reportado casos de papiloma de la conjuntiva del ojo y de papiloma nasal”.

Además apuntan “la prevalencia de infección por VPH es mayor entre las mujeres y hombres sexualmente activos, pero estas infecciones son generalmente transitorias, y los individuos infectados son capaces de eliminar el virus sin intervención médica y sin el desarrollo de algún tipo de cáncer”.

“La forma más común de transmisión del VPH es a través del contacto de piel con piel, sin implicar necesariamente el coito. El sexo oral también es un mecanismo de contagio. Algunas investigaciones sugieren que los objetos de uso personal como prendas de vestir, así como los “juguetes sexuales” pueden constituir un reservorio o foco de infección. Una mujer embarazada con VPH genital puede transmitir el virus a su bebé durante el parto vaginal por lo que en estos casos se recomienda realizar una cesárea”, precisa la Sociedad Anticancerosa.

La exploración clínica de la mujer, deberá incluir una inspección minuciosa con buena iluminación de toda la vulva y región perineoanal, y un examen detallado con especulo del cuello uterino y la vagina. En el hombre se inspeccionará cuidadosamente el glande y el meato uretral, el prepucio, el tallo del pene, el escroto y la región perianal.

Usualmente cuando acudimos a la cita ginecológica se nos practica una citología completa a través del conocido Papanicolau que permite detectar alteraciones celulares indicativas de infección. Si se ubica algo en el camino del VPH se realizará una colposcopia y posteriormente podría indicarse una biopsia ante cualquier lesión sospechosa para descartar o confirmar gravedad.

En la actualidad existe una vacuna contra el VPH que puede proteger a miles de mujeres en edad fértil. La Sociedad Anticancerosa resalta que esta invención “es una mezcla de las principales proteínas de la cápside del virus que no son capaces de causar infección, ya que no contienen el ADN viral, pero que son altamente inmunogénicas y ofrecen protección contra el virus.La eficacia ha sido demostrada en las mujeres que todavía no han estado expuestas al VPH, por lo que se recomienda usarla antes del primer contacto sexual. Ofrece protección durante un mínimo de 5,5 años, y se están realizando estudios para determinar si se requiere una dosis de refuerzo. No protege contra otras infecciones de transmisión sexual, por lo que se debe continuar utilizando el preservativo en cada contacto sexual, como principal método de protección.

Si con todo esto aún no se te disparan las alarmas aquí algunas recomendaciones: toda mujer que haya iniciado su vida sexual debe acudir al ginecólogo una vez al año para realizarse una citología o prueba de Papanicolaou. Evitar el contacto sexual con múltiples parejas. Utilizar el preservativo durante el acto sexual, ya que éste ayuda a minimizar el riesgo de contraer VPH y otras infecciones de transmisión sexual. Mantener una buena higiene.

Tratamiento: La cirugía puede abarcar desde un procedimiento localizado en casos de carcinomas superficiales hasta una histerectomía radical (extirpación del útero y ganglios linfáticos de la pelvis). Antes y después de la cirugía, se puede indicar radioterapia y/o quimioterapia.

El cáncer es curable si se diagnostica a tiempo, acude a tu chequeo periódico. Este 26 de marzo se celebrará el Día Mundial de la lucha contra el cáncer del cuello uterino, fecha propicia para cuidar tu salud. Sonríe siempre. Hasta la próxima.

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