Twitter e Instagram: @HolaSexologa

sábado, 13 de noviembre de 2010

Extraña timidez

Si tu hijo es tímido, retraído, le cuesta relacionarse con los demás, no entiende tus indicaciones, prefiere hacer actividades solo y le cuesta seguir directrices, podríamos estar ante un indicativo del conocido síndrome de asperger.

Es un trastorno del desarrollo que implica una alteración neurobiológica en el proceso de comprensión de información. Las personas que lo padecen tienen un aspecto de inteligencia normal e incluso en algunas ocasiones superior a la media de su edad, sin embargo, su característica principal es tener habilidades en áreas restringidas para el común de los ciudadanos. Pueden aprenderse las capitales de todos los países del mundo, las fechas de cumpleaños de todos los personajes internacionales, ordenar alfabéticamente una biblioteca entera, y aprender a leer por su propia cuenta si deciden concentrarse obsesivamente en eso, incluso desde muy corta edad. Además entienden las cosas que escuchan de manera literal, es decir, no son capaces de comprender frases con doble sentido y/o juegos de palabras.

Debe su nombre a Hans Asperger, psiquiatra que trabajó en su descubrimiento pero no fue reconocido hasta 1994 en el Manual Estadístico de los Trastornos Mentales. Hans atribuye esto a una condición genética de padres a hijos.

La Federación de Asperger de España precisa algunas características que les presentamos a continuación: Socialmente torpe y difícil de manejar en su relación con otros niños y/o adultos. Ingenuo y crédulo. Sin conciencia de los sentimientos e intenciones de otros. Con grandes dificultades para mantener el ritmo normal de una conversación. Se altera fácilmente por cambios en rutinas. Muy sensible a sonidos fuertes, colores, luces, olores o sabores. Fijación en un tema u objeto del que pueden llegar a ser auténticos expertos. Físicamente torpe en deportes. Incapacidad para hacer o mantener amigos de su misma edad.

Presentan algunos elementos propios de su condición: Memoria inusual para detalles. Problemas de sueño o de alimentación. Problemas para comprender cosas que han oído o leído. Patrones de lenguaje poco usuales. Hablar en forma extraña o pomposa. Voz muy alta, o monótona. Tendencia a balancearse, inquietarse o caminar mientras se concentran.

De 3 a 7 por cada 1000 nacidos pueden presentar este síndrome que es más frecuente en niños y puede presentarse a partir del tercer año de vida.

Para su diagnóstico los especialistas evalúan algunos aspectos: Dificultades en el uso de comportamientos no verbales como: contacto visual, expresión facial, posturas de cuerpo y gestos para regular la acción social. Ausencia de la búsqueda espontánea para compartir placer, intereses o logros, con otras personas. Ausencia de reciprocidad social o emocional. Uso limitado de expresiones faciales, entre otras.

Al llegar a la adolescencia estos chicos pueden presentar inmadurez emocional, reacciones poco ajustadas al entorno, mayor soledad y aislamiento, descuidos en el aseo personal aunque algunos pueden ser al contrario y asearse de manera obsesiva. En clases pueden tener problemas para seguir horarios, adaptarse a nuevos docentes, entender explicaciones, etc.

Lo positivo: los que tienen esta condición son personas muy dulces, nobles, sinceras y fieles. Además son muy solidarios y buenos compañeros, critican la injusticia, se empeñan en perseverar en lo que les gusta, suelen ser muy ingenuos e inocentes y acatan las reglas sociales básicas.

Es importante que estés muy atento a cualquier indicio de un síndrome como este ya que puede no ser detectado inicialmente, y llegan a ser niños muy incomprendidos e incluso maltratados por familiares y compañeros de clases ya que su comportamiento está fuera de lo común. Mientras más rápido inicies la terapia con tu hijo mayor será la evolución con el mismo y con su entorno.

En la etapa adulta presentan algunas dificultades como tener amistades o parejas, ansiedad y depresión, incapacidad para planificar el futuro, etc., sin embargo, en los aspectos que les gustan logran desarrollar grandes habilidades, entretanto, si su trabajo se ajusta a sus intereses y tiene poca demanda social suelen tener éxito profesional y eso les permite una independencia económica.

En la familia lo importante es lograr la aceptación de esta persona y ayudarlo con terapias y comprensión a desarrollar su vida lo más acorde posible. Con paciencia y amor, todo. Sonríe siempre. Hasta la próxima.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo tengo asperger y nadie me ayuda.
carajo.

Carlos Farias dijo...

Este síndrome se dio a conocer gracias a la telenovela "La Mujer Perfecta" de Leonardo Padrón.