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jueves, 9 de septiembre de 2010

Esqueleto en forma



Pasamos gran parte de nuestra vida mortificados por tonificar los músculos, aplanar el abdomen, alisar nuestro cabello, entre otras sutilezas, sin embargo, preste atención el esfuerzo debe ser también de adentro hacia fuera.

La artritis es una inflamación de una o varias articulaciones que causa dolor, hinchazón, rigidez y movimiento limitado, debido a que desgasta el cartílago que es una suerte de membrana que recubre la articulación y propicia la suave rotación. De esta manera cuando estamos expuestos a fuertes golpes o ejercicios de alto impacto este revestimiento sufre también, se daña y hace que los huesos rocen entre sí produciendo dolor progresivo.

Inicialmente puede ser sólo inflamación que se produce si el sistema inmunológico falla y el cuerpo se auto – ataca; fractura de huesos; desgaste de las articulaciones y/o infecciones. Esta hinchazón puede desaparecer con tratamiento médico, sin embargo, también podría presentarse la artritis crónica que genera dolores más pronunciados y deformaciones. Usualmente se manifesta en rodillas, dedos de las manos y caderas y sus detonantes pueden ser obesidad o sobrepeso, lesiones previas o usar la articulación afectada en actividades constantes tales como los deportistas, constructores o el vicio de los teléfonos móviles.

Existen diversos tipos de artritis conocidos: gonocócica, reumatoidea juvenil y en adultos, psoriásica, reactiva, tuberculosa, viral, entre otras.

Si usted siente dolor o inflamación en alguna de sus articulaciones, problemas para moverla, sensación de calor y/o enrojecimiento en el área afectada, rigidez especialmente en la mañana, puede estar ante un conato de artritis y debe ir al médico con prontitud. El especialista efectuará su chequeo para identificar si se trata de este padecimiento con limitaciones en movimientos o si se enlaza con otros factores. De todos modos deben indicarle exámenes de sangre pormenorizados, radiografías, densitometría ósea (análisis de los huesos) entre otros.

En la mayoría de los casos tiene tratamiento, sin embargo, debes tener en cuenta que la osteoartritis y la artritis reumatoidea no tiene cura, solo seguimiento médico que permita mantenerla “estable”. La forma mas indicada inicialmente es realizar ejercicios acordados con un fisiatra y de ser necesario seguir alguna medicación paralela. Actividades de resistencia, para la flexibilidad y tonificación muscular. El fisioterapeuta podrá realizar tratamientos con frío y calor, masajes con hielo, férulas para enderezar o hidroterapia. Pocos son quirúrgicos.

Otro aspecto fundamental es dormir entre 8 y 10 horas, el descanso es protagonista en este padecimiento. Evita mantener la misma posición por mucho tiempo; cuida las posturas para no recargar las articulaciones; evitar el estrés a toda costa, piense en practicar Tai Chi o Yoga, actividades mentales y espirituales que equilibren cuerpo y mente. Hacer una dieta rica en vitaminas y proteínas: granos enteros, semillas de girasol, nueces, pescados de agua fría como el salmón, caballa y arenque; la canola y semillas de linaza. Puede tomar glucosamina y condroitina aunque algunos especialistas no atribuyen ningún cambio con estos medicamentos naturales. Si tiene sobrepeso debe reducirlo de inmediato, eso afectará directamente tus articulaciones. La idea es lograr una rutina 100% saludable. Puedes chequear mas detalles en http://www.jennymarques.blogspot.com/ y escribirme a gentesaludableradio@gmail.com Sonríe y se muy feliz.

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