Nos hemos topado con un síndrome bastante
raro que sus características podrían paralizar a cualquiera ante la amenaza de
tenerlo presente entre nuestros seres queridos. Hoy nuestra columna tratará del
Síndrome de Capgras, presten atención a toda su descripción.
Descrito en 1923, el Síndrome de Capgras es
un trastorno psiquiátrico que consiste en la no identificación de personas
familiares, afirmando diferencias imaginarias y creyendo que las personas reales han sido reemplazadas
por un doble, un impostor casi idéntico. Es un reconocimiento
sin sensación de familiaridad. Es típico de este síndrome que el cónyuge o el
hijo del enfermo induzca un reconocimiento parcial (“se parece a…”) pero
insuficiente para estar convencido de su identidad real. Incluso puede existir la creencia
de que hay dobles de uno mismo. Normalmente este síndrome es
parte de una psicosis.
Este
trastorno cuando ocurre es más frecuente en personas que sufren esquizofrenia,
pero también puede darse con algún otro trastorno como un trastorno delirante
paranoico, etc. El síndrome lleva el nombre de su autor Jean M Capgras, un psiquiatra francés
que describe la enfermedad en su trabajo L’illusion
des sosies en 1923.
Capgras en su trabajo
especificó el caso de una mujer de 50 años que sufre un delirio
megalómano de persecución. Por un lado cree
que es de la realeza y posee una inmensa fortuna que le ha sido arrebatada. Por otro cree que todas las personas de
su entorno incluido su marido y su hija son dobles, que se van alternando
sucesivamente. Su delirio principal es que existe una sociedad que se dedica a
la desaparición de personas que las esconde en inmensas cuevas como le ha ocurrido a sus hijos capturados por esta entidad.
Los informes
de datos de esta paciente revelan: casada en 1898 a los 29 años. Su
primer hijo muere a los pocos meses de edad, muerte que ella niega seguramente
porque no puede superarla y está convencida ha sido raptado y sustituido
por otro. Luego tiene dos gemelas, una de ellas muere también muy
pequeña. La paciente sigue pensando la niña no ha muerto sino ha sido raptada y
sustituida. En 1906 vuelve a dar a luz a gemelos, y estos tampoco sobreviven, y la paciente ya seguramente
al limite sigue pensando que uno de ellos ha sido raptado y el otro envenenado.
El marido de
la paciente comenta que empezó a notar cosas extrañas a los 3 o 4 años de
casados, sobre todo después de la muerte de sus dos últimos hijos. A
partir de 1914 el delirio está completamente instalado. Su única hija viva
piensa tampoco es real sino una doble que le ha dejado esa supuesta “sociedad”
y que cambia cada día por otra.
Su marido
tampoco es su marido. En su delirio cree que su verdadero marido ha sido
asesinado y sustituido por otro que es quien la mantiene ingresada, su marido
auténtico dice nunca lo habría hecho. También piensa que ella misma tiene otra
doble que ocupa su lugar en el exterior mientras ella está ingresada.
Se cree el Sindrome de Capgras
pueda estar relacionada con la pérdida del reconocimiento emocional de los
rostros familiares. Su causa podría ser una desconexión entre el sistema de
reconocimiento visual y la memoria afectiva. Capgras describe la falsa
creencia “de los dobles” como agnosias de
identificación, fenómenos afectivos que se apoyarían en una disfunción cerebral
que implica en los enfermos que lo padecen un rechazo a admitir la verdadera
personalidad de las personas que lo rodean. De esta forma “observan un
parecido” pero desconocen la identidad de la persona. No hablamos de un
“falso reconocimiento” sino algo más. Se origina a raíz de un estado afectivo
determinado y a este se le incorporan pensamientos irreales tipo delirios que
la paciente o el paciente pudiera tener anteriormente.
El capgras está asociado en sus causas a
pacientes con lesiones cerebrales y esquizofrenia, sin embargo, es poco de lo
que se sabe de este síndrome ya que en su estudio no se ha profundizado con el
paso de los años.
Adicional al
no reconocimiento o confusión con las personas, lo mismo ocurre con los objetos
de la casa, los que también les resultan ajenos, cambiados o extraños.
Este tipo de
síndrome requiere de acompañamiento médico psiquiátrico ya que en grados leves
puede ser llevadero, sin embargo, en niveles avanzados o elevados puede
representar tal desconcierto en el paciente que puede intentar huir de la casa
o tener acciones violentas en contra de los seres de su entorno, por ello debe
ser medicado y supervisado con frecuencia.
Si bien el
Síndrome de Capgras podría ser un trastorno neurológico, también podría estar
casado con golpes fuertes en la cabeza que desencadenen este proceso de
“no-reconocimiento” del entorno, por ello nuestra recomendación es cuidar
siempre de los niños y sus juegos, así como también evitar golpearlo, en
especial en la cabeza. Los golpes siempre son inaceptables, pero debe saber que
si usted frecuenta estas practicas de golpear a sus hijos en la cabeza, algún
día podría pasársele y lamentarlo el resto de su vida. Aléjese de prácticas
violentas y eduque a sus hijos con cuidados, respeto y amor.
Nuestras
fuentes consultadas fueron: muyinteresante.es; depsicología.com y
psicohistorias.com
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