Quizás muchos se identifiquen con nuestro tema del día de hoy.
Estrés en exceso, cansancio, agotamiento, sensación de no querer hacer nada y
huir del mundo. Esto es el síndrome de Burnout.
Tensión al interactuar con otras personas, una fase avanzada de
estrés laboral, desgano, frustración, desilusión, dificultad para integrarse
adecuadamente al entorno laboral, agotamiento emocional, falta de realización
personal baja autoestima personal, son algunos de los síntomas que manifiestan
las personas afectadas por el síndrome de Burnout o el "síndrome de estar
quemado" como se conoce popularmente.
Se trata de un síndrome clínico descrito en 1974 por Freudemberg,
psiquiatra, quién observó que al año de trabajar, la mayoría de las personas
sufría una progresiva pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento y la
depresión, así como desmotivación en su trabajo. Al mismo tiempo la psicóloga
social Cristina Maslach estudió las respuestas emocionales de los profesionales
y los calificó de "sobrecarga emocional" o síndrome del Burnout o
quemado.
Este síndrome acumula respuestas a situaciones de estrés que
provocan tensión al interactuar con otras personas, puede llegar a causar
incapacidad total para volver a trabajar. Los profesionales más afectados con
este síndrome son los médicos, pero todos los demás pueden ser víctimas ya que
los cambios de horario, las largas jornadas de trabajo, el involucrarse en los
problemas de las otras personas, la falta de tiempo, afecta a gran cantidad de
personas en distintos trabajos.
Existen algunos factores que están presentes con la enfermad como la
edad. En la juventud el profesional aún es inmaduro y le cuesta afrontar
ciertas situaciones personales, de trabajo y económicas. La sobrecarga laboral
genera disminución en la calidad del trabajo tanto cualitativamente como
cuantitativamente.
Algunos estudios afirman que las mujeres son las más vulnerables ya
que estás tienen un doble rol en la tarea profesional y la familiar. El estado
civil esta asociado al síndrome ya que parece que las personas sin pareja
estable y sin hijos son los más perjudicados, ya que los que tienen pareja e
hijos tienen mayor capacidad para afrontar problemas y conflictos emocionales
demás gozan el apoyo familiar.
Hasta ahora no se conoce un tratamiento específico para el síndrome
de Burnout, ni tampoco una estrategia de prevención de la enfermedad, se
utilizan terapias para reestablecer la salud psicológica del enfermo y
recuperar el rendimiento laboral, esto basado en el control del estrés y el autocontrol.
La solución más eficaz es la prevención, participar en cursos de
formación para aumentar la competencia psico-social, los recursos emocionales
de las personas y el fortalecimiento de la salud de los empleados.
Algunos de los síntomas que podemos
destacar son: agotamiento emocional disminución
y pérdida de recursos emocionales, la persona se vuelve menos sensible con las
demás personas y muy duro consigo mismo. Despersonalización o deshumanización,
consistente en el desarrollo de actitudes negativas, de insensibilidad y de
cinismo hacia las personas. Falta de realización personal, con tendencias a
evaluar el propio trabajo de forma negativa, siente insuficiencia profesional y
baja autoestima personal. Síntomas físicos de estrés, como cansancio y malestar
general.
En cuanto a las manifestaciones físicas puedes identificas: dolor de
cabeza, insomnio, alteraciones gastrointestinales, taquicardia, sudoración,
caída del cabello, entre otros.
Entre las manifestaciones de conducta observamos: predominio de
conductas adictivas y esquivas, consumo significativo de café, alcohol,
fármacos y drogas ilegales, ausentismo laboral, bajo rendimiento personal,
distanciamiento afectivo, frecuentes conflictos interpersonales en el ámbito
del trabajo y dentro de la propia familia.
También debemos observar algunas manifestaciones mentales o
psicológicas: Sentimientos de vacío, agotamiento, fracaso, impotencia, baja
autoestima y pobre realización personal. Es frecuente apreciar nerviosismo,
inquietud, dificultad para la concentración y una baja tolerancia a la
frustración.
Puedes tomar en cuenta algunos tips para prevenir llegar al extremo
de sentirte quemado: proceso personal de adaptación de expectativas a la
realidad cotidiana, debes ser realista. Apúntate en procesos académicos de
formación en manejo de emociones, esto ayudará mucho. Aprende a equilibrar
tiempos en las áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso, trabajo.
Contribuye a fomentar una buena atmósfera de equipo en todas las actividades
que desempeñes a diario. Lleva una agenda y no programes más de lo que puedes
cumplir. Apóyate en los compañeros de trabajo. Trabaja el tiempo necesario y
optimiza los tiempos. Comunícate de manera asertiva con los demás.
Con información de la web: geosalud.com.
Si te identificas con algo de esto, ten cuidado, el estrés y la
depresión son enemigos silenciosos que atacan muy acertadamente en nuestros
puntos débiles y nos anulan de nuestro día a día, que es donde debemos estar
activamente aportando con una actitud sana, positiva y feliz. Sonríe siempre.
Hasta la próxima.
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