Resulta que el tiempo ha aclarado muchas dudas. La tan famosa Alicia
en el País de las Maravillas y sus observaciones de objetos que cambiaban de
color, tamaño, etc, se convirtieron en objeto de estudio y el nombre de un
síndrome. Conócelo hoy aquí en Gente Saludable.
Los científicos sospechan que Charles Lutwidge Dodgson, conocido
bajo el pseudónimo de Lewis Carroll y
afectado por migrañas,
pudo sufrir el síndrome, de forma que las experiencias de la joven Alicia
fueran bien conocidas por su creador. En 1952 y en 1953, Lippman señala la
correspondencia de los síntomas mostrados en la obra Alicia en el País de
las Maravillas con un cuadro de migraña, sospechando que el propio autor,
Lewis Caroll, debía de padecer este trastorno. Sin embargo, sería Todd, en
1955, el primero en efectuar una descripción completa del cuadro y denominarlo síndrome de Alicia en el
País de las Maravillas (SAPM), relacionando sus síntomas con la
migraña y ampliándolos también a la epilepsia, de ahí que sea conocido en el
ámbito neurológico como Síndrome de Todd.
Los pacientes que sufren este síndrome perciben alteraciones en la forma,
tamaño y situación espacial de los objetos, así como distorsión de la imagen
corporal y del transcurso del tiempo. También se
han asociado otras ilusiones visuales como palinopsia (imágenes
múltiples), acromatopsia
(no percepción del color) y prosopagnosia (incapacidad de
reconocer caras).
Según los expertos, las personas afectadas por el síndrome de Alicia
en el País de las Maravillas son en todo momento conscientes de la naturaleza
ilusoria de sus percepciones. Sin embargo, éstas son lo suficientemente
intensas como para que tengan que mirarse en un espejo para comprobar la
realidad.
Aunque las pruebas diagnósticas aún no han permitido identificar ningún área cerebral específicamente afectada, los resultados de los estudios realizados en pacientes en su fase aguda mediante tomografía computarizada revelan áreas de hipoperfusión en las proximidades del tracto visual y córtex asociado, lo que podría explicar las quejas visuales de los pacientes.
Entre sus
características: alteraciones en la forma, tamaño y situación espacial de los
objetos (efecto zoom). Distorsión de la imagen corporal. Otras
ilusiones visuales raras como fenómenos de visión invertida, imágenes
múltiples, visión sin color, incapacidad de reconocer caras, pérdida de visión
estereoscópica, etc. En algunas ocasiones le acompañan “episodios de
desrealización, despersonalización y alteración de la percepción del tiempo”.
Se produce en
el contexto de una migraña, asociado a enfermedades virales específicas (varicela
zóster, influenza y citomegalovirus) o formando parte de intoxicaciones con
drogas alucinógenas o fármacos, aunque también se ha observado en pacientes con
epilepsia, esquizofrenia o aneurismas cerebrales.
La duración de los episodios fue de 1-3 minutos
en el 90% de los pacientes y los episodios fueron varias veces en un día en el
95% de los pacientes. En ningún caso hubo déficit neurológico posterior.
Los pacientes pueden ser de cualquier edad y no
hay diferencia por el sexo, salvo en los casos producidos por migraña, en los
que predomina el sexo femenino.
Aquí les
presentamos un caso diagnóstico descrito en un estudio recopilado por la web
neurología.com: Niña de 8 años de edad que consulta en nuestro centro de salud
por presentar episodios de distorsiones visuales de tres semanas de evolución
que se iniciaron dos o tres días antes de una infección respiratoria, durante
los cuales, según relata la niña: ‘Veía las cosas más pequeñas y lejanas o que
a veces se movían; un día vi cómo los libros de mi hermana se volvían más
grandes y otro día vi cómo mi padre se hacía tan pequeño como un muñeco; a
veces la pierna de mi muñeca se balanceaba, o la persiana de una ventana subía
y bajaba una y otra vez’. No refiere sensación de distorsión corporal propia.
Durante los episodios,
la niña se mantenía tranquila, y los relataba, después, con precisión y sin
asombro. Su madre, que sí mostraba cierta preocupación, confirmaba que durante
estos episodios, la niña estaba consciente, orientada y no presentaba anomalías
del lenguaje ni motoras. Los episodios descritos eran breves, de minutos de
duración y durante un mes fueron diarios, y ocurrían de una a tres veces al
día. Después se espaciaron cada 2-3 días en las dos semanas siguientes hasta
desaparecer.
No presenta historia
previa de alteraciones del comportamiento ni de otros trastornos psiquiátricos,
tiene buen rendimiento escolar y no hay antecedentes de traumatismo,
convulsiones ni de ingestión de fármacos. En la historia familiar destaca la
presencia de migraña en la madre, la tía y la abuela materna. La exploración
general y neurológica resulta normal. Los estudios complementarios realizados
no muestran alteraciones.
Los estudios
no detectaron ningún foco de alteración cerebral y durante un año estas
migrañas continuaron presentando esporádicamente hasta desaparecer.
Fuentes
consultadas: medicablogs.diariomedico.com, muyinteresante.com y www.neurologia.com.
Mientras más
información tengas en tus manos sobre las diversas enfermedades y
padecimientos, mejor será tu reacción ante su presencia en el entorno. Gente
Saludable, contigo. Sonríe siempre.
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