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jueves, 16 de febrero de 2012

Pon lechuga en tu menú


Tradicionalmente es usual que en nuestra mesa, al momento de sentarnos a comer en nuestro día a día, acompañemos nuestros platos con alguna ensalada práctica y fácil de preparar, o la incluyamos en nuestra lonchera para poder disfrutarla en el trabajo.

En la tradicional ensalada mixta la principal protagonista del plato es la lechuga, de ella les hablaré hoy en Gente Saludable.

Es una hortaliza que remonta su aparición a más de 2500 años atrás en la cuenca mediterránea, siendo conocida primeramente en Grecia y luego se extendió por toda Europa. Su raíz no sobrepasa los 25 centímetros y su parte más importante son las hojas. Su cultivo es anual pero gracias a huertos improvisados y supervisados hoy en día se logra disfrutar de sus diversos tipos durante todo el año.

Entre los tipos que se conocen en el mundo entero figuran: iceberg: hoja redonda y crujiente en forma compacta. Cogollitos; Rizada: hojas sueltas y separadas. Romana: hojas alargadas, con bordes enteros y nervio central muy ancho. Está también la "Miniromana", de calibre más reducido ideal para una ensalada familiar. Tallo: también llamada lechuga espárrago con hojas cuyo sabor no es aconsejable. Simpson – Roble: de semilla negra, de color más oscuro.

Las lechugas son ricas en fibra y con componentes muy saludables. Los nutrientes más importantes son: la vitamina A (del beta caroteno, no se percibe su color amarillo-naranja ya que está escondido por los pigmentos verdes de la clorofila) y el potasio. Las hojas con color verde oscuro son las que contienen más beta caroteno. La vitamina A es un antioxidante que ofrece protección contra algunas formas de cáncer especialmente en el sistema respiratorio e intestinal.

Exceptuando la variedad "iceberg", son también moderadamente un buen recurso de otro antioxidante: la vitamina C, calcio, hierro y cobre.

Su alto contenido en agua y su capacidad diurética la hace ideal para dietas destinadas a perder peso. Depura el organismo gracias a la función que ejerce sobre el hígado. También es muy recomendado su consumo por diabéticos porque posee propiedades hipoglucemiantes. Su fibra la convierte en un alimento ideal para combatir el estreñimiento, mientras que disminuye efectivamente el dolor con sus cualidades analgésicas. Para la gripe también es muy usada, una vez que la corteza de la lechuga ha crecido hasta alcanzar la completa madurez, contiene la lactucina con el que se puede preparar un magnifico cocimiento calmante y se procede de la siguiente manera: a un litro de agua se pone la corteza de 2 o 3 tallos de lechuga espigada cortados en pequeños pedazos y triturados en un mortero y se hace hervir hasta que el agua quede reducida en la mitad ; después se pasa por un colador y si se desea que el liquido resultante tenga una acción más concentrado.

Este cocimiento da magníficos resultados en las afecciones de las vías respiratorias, especialmente en los catarros, bronquitis con tos, etc. Los efectos serán mejores si se agrega al cocimiento igual cantidad de linaza, endulzándola con azúcar o con miel de abejas. Esto contribuirá a ablandar las mucosas bronco-pulmonares y actuará así como excelente expectorante.

También este cocimiento es eficaz contra los dolores de estómago, para esto se tomará una taza cada 3 horas. Además se puede emplear contra los dolores fuertes del vientre, aplicado en enemas y mezclado 2 o 3 tazas de este cocimiento con agua de llantén, malva o linaza.

Para conservar la lechuga hay que evitar almacenarla junto con manzanas, peras o plátanos (estas frutas sacan gas etileno natural para la maduración, que hará que se pudra más rápidamente).  La lechuga debe preparase momentos antes de servir y empezar a lavarla muy bien con agua fría. Las hojas un poco marchitas se recobrarán sumergiéndolas en agua fría con hielo por algunos minutos. No corte ni aderece la lechuga mucho antes de servirla, aparte de deteriorar la vitamina C pierde sus aspecto y sabor crujiente rápidamente.

Debido al alto contenido de agua, 94.9%, no hay un método exitoso para preservar lechuga por un periodo largo. La lechuga no es apta para preservación en congelador, envasada o seca. Para su óptimo valor nutritivo, la lechuga se debe comer cuando esté fresca y con su sabor crujiente.

Es común que todas las ensaladas estén vinculadas con esta hortaliza tanto como ingrediente principal así como también de adorno. Sus usos y acompañamientos son múltiples, es muy versátil y vistosa si se le preserva adecuadamente.

Podemos acompañarla y unirla a guisantes, palmitos, aguacate, pepino, tomate, maíz, salmón, atún, pollo, almendras fileteadas, naranja, manzana, y los aderezos varían desde el saludable aceite de oliva hasta vinagretas.

En España la usan para realizar cremas de entrada o enrollados con guisos suculentos; en Cuba algunos platillos presentan Lechuga Rellena; en Chile las cocinan al vapor con cebolla, zanahoria y perejil y la usan como acompañamiento para carnes y pescados. En Francia elaboran una crema con harina de arroz, mantequilla y caldo para servirla en pasapalos con nata y pan tostado.

También es conocido el té o infusión que se prepara al hervir sus hojas en agua para combatir el insomnio.
En cualquiera de sus formas y presentaciones es un alimento muy versátil que puedes incluir fácil y elegantemente en cualquiera de tus comidas. Cualquier duda o recomendación puedes escribirme a gentesaludableradio@gmail.com. Sonríe Siempre. Hasta la próxima.
Fuentes: alimentación-sana.com.arg; mis-recetas.org.

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